Editorial de marzo de 2018; Memoria viva: Celebrando
la inauguración de Centro de Memoria de Educación Física
Editorial de febrero de 2018: El deporte de
competencia y la capacitación de sus dirigentes.
Editorial de enero de 2018: La Educación Física en Primaria: cifras y datos que van confirmando un rumbo
Editorial de diciembre de 2017:¿Profesor o licenciado en Educación Física?
Editorial de noviembre de 2017: Universalización de la Educación Física: Cuando el cuánto es menos que el cómo.
Editorial de octubre de 2017: Comprender de qué se trata.
Editorial de setiembre de 2017: Hoy Paramos por la libertad creativa!!
Editorial de julio de 2017: Breves apuntes hacia una política de deporte comunitario (Enésima versión)
Editorial de junio de 2017: A las vueltas con la descentralización
Editorial de abril de 2017:El Consejo Asesor
Académico del Deporte: Una necesidad
Editorial de marzo de 2017: A la búsqueda de un plan estratégico (2012 - 2018)
Editorial de febrero de 2017: Juan Copete: con la política, metete(1). El dilema del deporte comunitario
Editorial de enero de 2017: 2016. Breve resumen de un año que pasó, no sin dejar huellas
Nuestro oficio
Editorial de diciembre de 2016: Actividad física y
deporte. Los derechos de los ciudadanos
EDITORIAL DE NOVIEMBRE DE 2016: Propuesta de NEXO en el Diálogo Social
EDITORIAL DE OCTUBRE DE 2016: El
deporte ¿educa?
ISEF 27 de febrero
de 2018.
Hablando de memoria y el ISEF, hay una historia que
quiero contarles:
Aquel estudiante acababa de rendir su último exámen que
lo convertía en profesor de educación física. Lo ponía muy contento la idea que
pronto comenzaría a trabajar, ya que de acuerdo a la ley de presupuesto vigente
desde 1952 y su famoso artículo 148, los recién recibidos ingresaban
automáticamente a la administración pública y debían ejercer la profesión en el
interior del país por un lapso mínimo de
tres años. Todo venía como anillo al dedo, pero no sabía aún que eso nunca
llegaría a suceder.
En esas cavilaciones se encontraba este joven de anchas
espaldas, seguramente pensando en lo que le esperaba con la preparación de su
traslado de la pensión donde vivía, hacia la capital de su departamento. Recorría el gimnasio con intención de irse al vestuario,
cuando escuchó aquel conocido vozarrón que
lo llamaba desde de lo que denominaban “La Jaula”. El hombre que lo llamaba le
abrió la puerta y no bien estuvo dentro le preguntó sin más: “Pacho, no te
gustaría ir a Colonia?” “Pero profe, qué me está ofreciendo, si usted sabe que
yo soy de Tacuarembó!” le contestaría Pacho.
No muchacho! A Colonia Alemania, a la Escuela de Deportes
de la ciudad de Colonia!”
Era un día cualquiera de fin de un diciembre caluroso de 1957.
Esa visión del “Jaula” produciría más tarde algunos
cambios más que relevantes al introducir
un enfoque distinto de la gimnasia, que por extensión abarcaría a toda la educación física en el Uruguay.
Ya lo había hecho con otros dos profesores que fueron a
estudiar a Estocolmo, no precisamente al club del Prado, sino a la capital de
Suecia, nada menos que al Real Instituto de Gimnasia sueco, por aquel entonces de
fama mundial. Allí marcharon entonces impulsados por Langlade otros dos
muchachos del interior, que contribuirían
también a vivenciar de primera mano, la en ese entonces muy conocida
“gimnasia neosueca”: Walter “El Fonti” Fonticiella de Salto y Néstor Ibarra de Colonia, esta vez sí de
Uruguay. El primero desaparecería
lamentablemente muy joven y Néstor
Ibarra formó parte de la historia más reciente de un ISEF preuniversitario, del que fuera
director.
Seguramente la inmensa mayoría de quienes lean esto, se
preguntaran quiénes y cuál ha sido la relevancia de estas personas de las que
les estoy contando estas anécdotas en el desarrollo de la educación física del
país.
Empiezo por decirles que “El Jaula” era el apodo que los
estudiantes de todos los tiempos le
habíamos otorgado al profesor Alberto Langlade, quien tenía su oficina en el
lado este del gimnasio, con un cerramiento protector a los golpes de las
pelotas de cualquiera de los deportes y juegos que allí se practicaban. Ese
recinto cerrado amueblado escasamente con un par de escritorios y muchos
armarios de puertas corredizas, era el
espacio en que se movía - como en una jaula - con su corpulencia y cuidada
melena, uno de los personajes más preponderantes del panorama académico, incipiente en aquellos tiempos, tanto en lo nacional como
en la región
El personaje principal del cuento de hoy, el profesor
recién recibido, era oriundo de Tacuarembó y se llamaba Juan Antonio, Nicasio,
Francisco, Manuel, Antonio, Bernardo, Mario, Héctor, César, Higinio, Molotov,
Gorki; Iglesias, Largo, Abayuba, Yamandú, Zapicán, Cajal, Engels Seoane Estévez, más conocido como Pacho. Sí,
tenía 19 originales nombres como la cantidad de departamentos del Uruguay!
Un verdadero personaje el tal Pacho; porque fue realmente un personaje, más allá de esta
ocurrencia supuestamente jocosa del padre (conocido abogado militante
socialista y profesor de secundaria de
Tacuarembó) de rendir homenaje en los
nombres de su hijo, a admirados actores de diversas épocas y de diferentes
comarcas de la historia política y social universal.
La vida de Pacho está impregnada de anécdotas
interesantes y creo que nos debemos como colectivo, hablar y estudiar más in
extenso su singular trayectoria.
Con la creación del CEMEF se abre precisamente una
oportunidad de investigar y recuperar información valiosa, resguardarla y
ponerla a disposición de la gente para cerrar el círculo de la creación de
nuevos saberes. “El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce”, habría
dicho el escritor británico Eduard
Thomas. El pasado siempre volverá disfrazado de presente, atrevámonos a mirarlo
sin resentimientos, sin celos. Esta iniciativa reivindica al ISEF y hará olvidarnos de aquella quema de libros
“viejos” triste y vergonzante desde lo factico y simbólico, que alguna vez
hiciera el Instituto. Bienvenida esta nueva actitud de ejercicio de la memoria con
mirada curiosa hacia el pasado, donde también existieron profesionales
comprometidos y hacedores de historia. No todo comenzó hoy.
La vida siempre comienza mañana, por ejemplo al
investigar, conocer y divulgar la trayectoria y aportes que este docente Juan
Antonio Seoane, prácticamente un desconocido en estos tiempos, le brindó a la
formación profesional en el ISEF a partir del comienzo de los sesenta.
La Escuela Alemana de Deportes, hoy y desde 1972
Universidad de Deportes, tenía entonces una clara orientación pedagógica y allí
Pacho estuvo en contacto en 1958/59 directamente con Hermann Ohnesorge. El
llamado padre de la gimnasia escolar, un entrañable docente que ninguno de
quienes fuimos posteriormente a ese centro de estudios, llegamos a conocer.
Este pedagogo quien fuera uno de los seis maestros directores de la Deutsche Sporthochschule desde 1947 al
1956, impulsó al joven tacuaremboense
hacia una pedagogía del deporte en su dimensión escolar.
Helmut Bantz otro de los profesores de referencia en
aquellos tiempos, ex competidor alemán de gimnasia y campeón olímpico de saltos
en Melbourne, le dio entre otros, la formación técnica específica en la
disciplina gimnastica.
Pero lo más significativo sin embargo, fue la influencia que ejercieron sobre él la gimnasia moderna alemana, con sus conceptos
de totalidad y la significación de lo rítmico expresivo; con sus movimientos de
oscilación, tensión y descarga. Una vez en Montevideo, Pachito debería todavía luchar
por imponer frente a su mentor Langlade, las concepciones de un movimiento más global
y bello con cercanías a la danza.
Todo un hálito de libertad invadió el Parque Batlle con
la llegada de Pacho, a contramarcha de lo estructurado, construido y hasta
artificioso de la concepción imperante
de la gimnasia hasta entonces.
Desde los aspectos de la educación postural el profesor
Seoane arrojaría sobre ella una mirada
holística, concebida como la “expresión psico-somática de la personalidad”. Otra
vez la noción de un hombre en movimiento
y su circunstancia, una idea que antecede al concepto actual de corporeidad.
En sus clases prácticas desestimó las formaciones y la
solemnidad de la sesión. Todo fluía más suelto y creativamente. Discutía allí con
y frente a sus alumnos y profesor ayudante, la creación de conocimientos técnicos
y estrategias para su enseñanza en las clase de gimnasia. Un enfoque que jerarquizaba al estudiante. Prevalecía el análisis
del contenido motor frente a la forma, proponiendo además otro tipo de ayudas y de amortiguación
más protectoras de las lesiones en las caídas de los saltos. En la asignatura Educación Física Especial propuso otras formas
de abordar las debilidades posturales y se incluyó la modalidad de seminario
por primera vez en el instituto, donde eran los alumnos que preparaban los
temas y los exponían en sus clases.
Fue colaborador junto a los docentes Raúl López Barrera y
quien escribe esta nota, en una publicación creada por la OLADEF (Organización
de Libros y Apuntes de Educación Física) publicación de la Asociación de
Estudiantes del ISEF, (AEISEFU) en una
hoja denominada “Apuntes metodológicos”.
La vida profesional de Pacho trascendió el ISEF ya que
fue el primer profesor de educación física en la Escuela Universitaria de
Tecnología Médica, fue profesor del Instituto Dámaso Antonio Larrañaga en su
época dorada, trabajó en Colegio Alemán de Montevideo donde abrevó en el
contacto con los niños y jóvenes. En todos lados muy querido y recordado.
Podríamos seguir, pero pondremos fin aquí a esta breve reseña de la vida
profesional de Juan Antonio Seoane con quien el ISEF está en deuda, como lo
está aun con Martha Büsch, Pedro Lodeiro y otros valiosos docentes que tanto
aportaron desde allí a la formación de recursos humanos en este país.
Sin embargo estamos a tiempo de cambiar el rumbo.
Lo que sigue es sólo anécdota y un recuerdo personal pero
que también lo describe y completa. Pacho poseía una gran biblioteca en español
y alemán, de las pocas de tal magnitud que yo haya visto. Solidario prestaba
sus libros, pero siempre bajo firma para rastrear su derrotero. Estupendo
asador, pescador y tomador de buen vino, así como inigualable y celoso cebador de mate. Extremadamente
meticuloso pulcro y ordenado en todas sus cosas. Un sensible ser humano de ojos
llorosos, sincero y leal amigo, una excelente
persona, a la que agradeceré siempre la ocasión de haber sido su
discípulo, colega, amigo y a quien recordaré siempre.
Pacho Seoane murió el 22 de mayo de 2002
EH
https://www.youtube.com/watch?v=WBh-uu2x_6Q
El deporte de
competencia moderno se instaló por estos lares a mediados del siglo XIX.
Durante más de cincuenta años lo practicaron los ingleses como una actividad de
caballeros (varones) regido por el “fair play”
(juego limpio). Ese espíritu aristocrático era tomado de la filosofía del
liberalismo inglés, y promovía una forma de actuar honesta, leal, sincera,
evitando las trampas a las reglas y donde el “saber perder” era parte de esa
deportividad características del “sportsman”.
A pesar de que
políticamente ese liberalismo cometió las mayores atrocidades contra los
pueblos que el Imperio Británico colonizó, eran frecuentes entonces en el
deporte las auto acusaciones cuando se cometían faltas en el juego y era muy
mal visto el intento de engaño a los árbitros, personajes que actuaban (de ahí
su nombre) “arbitrariamente”, según su mejor leal saber y entender,
descontándose en ellos la ausencia de mala fe o mala intención.
De aquellos momentos
iniciales a ahora, mucho ha cambiado. A principios del siglo XX el propio
Estado tomó partido y el 7 de febrero de 1917 la Comisión Nacional de Educación
Física adoptó esta definición:
“Se entiende por aficionado a
aquel que cultiva el deporte solamente por placer y por los beneficios físicos,
morales e intelectuales que del mismo derivan y (...) que no ha competido por
premios en dinero o proveniente de entradas, ni ha sido profesor asalariado en
algún deporte, que no ha vendido ni empeñado sus premios o que no ha cultivado
el deporte por lucro personal”
A pesar de ello ya desde una década atrás, tanto Peñarol
como Nacional violaban flagrantemente esta norma al “ayudar” de diferentes
formas a sus jugadores más necesitados.
Eso se hizo palpable cuando los campeones olímpicos de 1924,
luego de estar en Europa más de tres meses, debieron retornar precipitadamente
a Montevideo ante la acusación de profesionalismo de la prensa y la dirigencia
suiza. Finalmente este profesionalismo “marrón” se regularizaría, cuando en
1931, se lo hace legal.
La Guerra Fría, que exacerbó la confrontación entre el Este
y el Occidente, siendo el deporte parte fundamental de la propaganda de cada
bloque, la globalización de las comunicaciones
y la expansión de la influencia en la actividad de las grandes
multinacionales, hicieron el resto.
El sociólogo francés y docente de Educación Física Jean Marie
Brohm, en su “Sociología
política del deporte” ya en 1982, describe al deporte contemporáneo como un
sistema productivo:
“(…) hemos subsumido al sistema deportivo y todos sus fenómenos
observables bajo el concepto de proceso de producción deportiva para
significar, por un lado, que el sistema deportivo depende de un modo de
producción económico dado (capitalista) y, por otro, que el propio sistema
deportivo produce mercancías muy particulares: campeones, espectáculos, récords
y competencias.”
Si acordamos que “el sistema
deportivo depende de un modo de producción” y “que (..)
produce mercancías muy particulares”, podemos inferir que el mismo tiene
todas las características para conformar una producción capitalista y
empresarial.
Sin embargo en Uruguay, el sistema deportivo sigue siendo
dirigido como a principios del siglo XX, con un criterio artesanal
(pre-capitalista) y coherentemente, sus conductores son voluntarios con mucha
ardor, entrega, honestidad, etc....pero con pocos conocimientos.
Hoy se impone aplicar al sistema deportivo un formato
moderno y empresarial con adecuada
planificación, establecimiento de objetivos a largo plazo, evaluaciones
permanentes, cuidando la “producción” de deportistas y equipos, financiación,
etc. teniendo en cuenta que sus trabajadores
(algunos muy bien remunerados), son en definitivamente eso, trabajadores y ya
no el “que
cultiva el deporte solamente por placer”. Para ello, no alcanza entonces con mucha voluntad, entrega y honestidad.
En el Plan Nacional Integrado de Deporte se insistía en la
necesidad de superar esta tremenda carencia de capacitación de los dirigentes,
inclusive detectada por ellos mismos que, encuestados, así lo reconocían.
La Secretaría Nacional del Deporte ha comenzado ha
transitar ese camino realizándose un curso local en Piriápolis y otro para
integrantes de todas las federaciones deportivas en la sede del club Biguá.
En ambos casos, la asistencia fue voluntaria. Sin embargo,
hoy en día para la mayoría de la actividades complejas del mundo contemporáneo,
se requiere cierto nivel de capacitación obligatoria para poder desempeñarlas
con idoneidad.
Así lo entendió Chile que, en su Ley del Deporte (Nº
19.712) no deja lugar a dudas y, en
su artículo 40 F, indica que, para ser directivo de una federación deportiva,
es obligatorio, entre otras condiciones (textual) “Haber aprobado un curso de capacitación
en materias de gestión y administración deportiva, impartido o reconocido por
el Instituto Nacional del Deporte”
Es casi obvio que en un deporte camino a su total
profesionalización requiere de esta capacitación generalizada en “gestión y
administración deportiva”.
¿Podemos mantener aquel sistema centenario y caduco y al
mismo tiempo pretender competir internacionalmente?
¿No habrá llegado el momento de requerir de forma
obligatoria la capacitación - también en Uruguay - para ejercer la dirigencia
deportiva?
De las respuestas dependerá
- seguramente - el futuro de deporte de competencia.
A. G.
Editorial de enero de 2018: La Educación Física en Primaria: cifras y datos que van confirmando un rumbo
Un
grupo de colegas obtuvo hace poco
varios cargos de inspección grado 1 de Educación Física en CEIP. Un
hecho bien trascendente en sí mismo por ser entre otras miradas la primera vez
que ocurre. En nuestro caso
dispara además, algunas
reflexiones, comparaciones, y sobre todo nos acercan a cifras que son
reveladoras de las que poco se conoce.
Evoca
también nuestra propia experiencia en los patios de escuelas hace tantos años,
como tantos de vosotros, quienes leen hoy estas líneas podrán seguramente
compartir y constatar que muchas de aquellas necesidades y aspiraciones se ven
hoy cumplidas. Para los que recién empiezan su trabajo en Primaria deberán
valorar, preservar y hacer crecer estas
cifras por las que se trabajó tanto.
Una confirmación de verdaderas políticas de estado con guarismos que marcan una
evolución más que significativa y que más adelante podrán econtrar.
En
primer lugar destacar la evolución del concepto mismo de Educación Física,
Deporte Escolar etc. y de qué manera se han terminado incluyendo en los
organismos estatales de educación pública. Observar como el sustento académico
que han aportado los profesores de educación física así como la
profesionalización en el ejercicio de su rol docente, ha aportado a la
transformación de un sistema cerrado y de organización vertical.
De
alguna manera se cumple una frase que le escuchara una vez a un licenciado
joven que sostenía un discurso donde su
propósito como profesor era “Abrir la escuela desde adentro” en una clara
alusión de pertenencia legitima como educador en el sistema formal.
Para
no insistir demasiado en conceptualizaciones en esta época del verano, donde
queremos informarnos rápidamente, mi
único aporte será hoy, de manera celebratoria del año nuevo 2018, facilitarles
algunos resultados de una rápida navegación por la web del Consejo de Educación Inicial y
Primaria. Acerca del estado de situación y de posicionamientos que
vienen desde fuera de los profesionales de la Educación Física y que legitiman
el convencimiento y compromiso con esta área de la Educación. Estas citas hablan por sí mismas.
Objetivos Generales y Específicos
Objetivos Generales
·
Ocupar
un lugar preponderante como área de conocimiento integrada al Programa Oficial
de enseñanza primaria, que se preocupa y ocupa por la socialización y
trasmisión de saberes esenciales a través del cuerpo.
·
Demostrar
la capacidad que tiene la Educación Física para “atraer” a los educandos y ser
un factor de inclusión y equidad social, motivo fundamental para alentar la
asistencia a la escuela/jardín.
·
Continuar
con el estudio sobre la distribución de cargos y relevamiento de la
necesidad de creación de nuevos ordinales en nucleamientos rurales,
agrupamientos rurales, jardines de infantes, colonias escolares, escuelas
especiales, urbanas comunes, escuelas aprender, escuelas de tiempo completo y
escuelas de tiempo extendido.
·
Generar
instancias de intercambio y formación de Profesores, Directores Coordinadores e
Inspectores que promuevan una mayor calidad y eficiencia de la labor en
esta institucionalización de la Educación Física Escolar.
·
(…..)
Estado de Situación
“Mucho hemos mencionado sobre esta área de conocimiento que el CEIP
incorporó firmemente a su programa oficial del año 2008 y que, desde la
obligatoriedad de la misma en todas las escuelas públicas del país por la Ley
Nª 18.213, en noviembre de 2007 generó un impacto y una dirección para los
niveles de conducción que obligaron de inmediato a pensar en cómo cumplir con
su efectivización e implementación en
todas las escuelas públicas.
Se dio así un avance
cualitativo, donde se pasó de
tener un rol colateral- extracurricular a tener un rol preponderante en la
formación integral del educando formando parte de la currícula oficial.
Este proceso no se ha detenido en ningún momento, continúa y está en un
progresivo proceso de creación, construcción e institucionalización, lo que la
ha distinguido de ser una acción gubernamental, a ser una política de estado
que comenzó allá por el año 2005...
Resumen
Base de Datos
1135 escuelas
públicas atendidas con Profesores de Educación Física, (total de escuelas a
nivel nacional 2336).
309.757 niños atendidos en Educación
Física, (matricula total de niños a nivel nacional: 341.475).
1114 Profesores de Educación
Física (929 son cargos efectivos).
8 Inspectores de
Educación Física regionalizados.
38 Directores
Coordinadores de Educación Física a nivel nacional
Evolución
de Escuelas atendidas con Ed. Física Actualizado: 10/7/2017
Año
2005 - 160 Año 2017 -
1135
Prólogo de la publicación:
“Lo corporal en el abordaje
del uso de drogas” Hacia
un enfoque complejo e interdisciplinar en la Educación
Magister Irupé Buzzeti Directora General Consejo
de Educación Inicial y Primaria
(…..) “En noviembre de 2007 se crea la Ley 18.213
que universaliza la Educación Física en el Consejo de Educación Inicial y
Primaria, considerando que la educación debía ser integral, educar “del cuello
para arriba y del cuello para abajo”. En el Programa de Educación Inicial y
Primaria del Año 2008, se incorpora el Área de Conocimiento Corporal con una
fundamentación que explicita:
“La Educación Física en este Programa Escolar, se concibe como un Área
de Conocimiento que busca intervenir intencional y sistemáticamente en la
construcción y el desarrollo de la corporeidad y la motricidad en los niños
apuntando a la formación integral de los alumnos. Contribuye a los objetivos
generales de la Educación Primaria al trabajar desde el juego y el movimiento,
factores básicos para el desarrollo y la construcción de la personalidad del
niño.”
*En el Programa de Conocimiento Corporal se hace referencia a tres
grandes campos:
*El campo del conocimiento científico, con un fuerte encare en la
anatomía y la fisiología.
*El campo de la cultura
corporal-movimiento, actividades físicas, recreativas y deportivas.
*El campo de la Educación Física como asignatura escolar, integrada a
los campos anteriores y al Proyecto escolar que siempre es un proyecto de vida
de los alumnos.
El trabajo conjunto del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP)
con la Junta Nacional de Drogas (JND), organismo dependiente de la Presidencia
de República de carácter interministerial, procura articular una intervención
educativa con los profesores de Educación Física y los maestros de cada escuela
del país, con un Programa Escolar que la habilita desde el campo disciplinar
Construcción de Ciudadanía, el Conocimiento de la Ciencias de la Naturaleza y
el Área del Conocimiento Corporal. El propósito de este trabajo conjunto es
informar y prevenir; educar a los niños y niñas del Uruguay en la importancia
del cuerpo como propiedad, del que son los únicos dueños a través de las
decisiones que toman.
Conceptos ideas y cifras que como señalamos en
el titulo marcan un derrotero con algunos resultados muy satisfactorios.
Seguramente algunas voces puedan reclamar con acierto que aun desde lo cualitativo hay mucho por mejorar.
La
responsabilidad de mejora sigue estando en nuestra cancha.
Felicitar
a estos colegas por las oportunidades conseguidas y darle nuestro más
fervoroso
y amplio apoyo, será nuestra humilde colaboración.
EH
Editorial de diciembre de 2017:¿Profesor o licenciado en Educación Física?
Desde una perspectiva histórica, nuestra profesión aparece
en Uruguay a fines del siglo XIX, con la llegada a estas tierras de los
primeros colegas de origen italiano, francés y español.
Cuando ya en el siglo XX, la recién creada Comisión Nacional
de Educación Física detecta la necesidad de contar con más profesores,
inicialmente se le solicita ayuda al argentino Dr. Enrique Romero Brest, para
crear en Montevideo un similar de su Escuela Normal de Educación Física de
Buenos Aires (y que hoy lleva su nombre).
Dificultades presupuestales hacen que la iniciativa fracasase y en su
lugar se instrumentaría - en 1913 - un Instituto de Cultura Física
tendiente a completar solamente, en el área de las actividades físicas, la
formación pedagógica que ya traían maestras normalistas. El experimento tuvo
corta duración, pero de ahí surgieron las primeras profesoras que enseñaron en
nuestro país.
Será a partir de 1920 y hasta 1936, que se formalizaron ocho
cursos breves de donde surgieron, primero maestros “de Plazas de Deportes” y
luego, “de Educación Física”.
Como se sabe, a partir de 1939 comenzó a funcionar el “Curso
para la Preparación de Profesores de Educación Física”. En 1951 el “Curso” se
inscribió dentro del Instituto Superior de Educación Física que en 1966
incorporó a los cursos de Salvavidas (hoy de Guardavidas) y de Entrenadores.
En todo este período se expidieron desde esa casa de
estudios “títulos” de Profesor de Educación Física, así como de
Guardavidas y de Entrenadores Deportivos. Es decir, se habilitaba a esos
profesionales a ejercer sus respectivas funciones reconocidas oficialmente.
En el 2000 comenzó sus tareas el Instituto Universitario de
la Asociación Cristiana de Jóvenes y, tal cual lo estable la respectiva
reglamentación, comenzaría a expedir “licenciaturas”. Esto se
complementaría al año siguiente cuando la Universidad convalidara los estudios
del Curso de Profesores de Educación Física Plan 92 con el grado de
“Licenciado”, lo que se terminó de instituir cuando en el 2005, el ISEF pasó a
la Udelar.
Parecería que con ese cambio desde el “título” de
Profesor de Educación Física al “grado” de Licenciado, no hizo más que
crear una gran confusión. Al respecto, afirma certeramente el peruano Manuel
Ledesma:
“Es evidente que existe
una confusión total, al no tener la exacta definición de lo que es un grado
académico y un título profesional, respectivamente.
Como
antecedente primigenio, al surgir las universidades europeas en los siglos XII
y XIII, el grado era
entonces un paso en el camino de convertirse en un maestro calificado – de ahí
la palabra “graduado”, basada en el latín gradus (“paso”). El Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española define al grado (en
materia de enseñanza) como el “…instrumento
que se alcanza al superar cada uno de los niveles de estudio”;
y título al“testimonio
o instrumento dado para ejercer una profesión”
Esto
ha provocado graves “tensiones” entre diferentes colectivos, pues se parte de
valoraciones distintas sobre la importancia
- en la formación - de la “creación de conocimientos” por un lado y de
la “formación profesional” por el otro. La propia Universidad no se pone de
acuerdo, ya que facultades como la de Humanidades y Ciencias de la Educación
expiden grados de licenciados, maestrías y doctorados académicos y otras lo
hacen con títulos profesionales, como las de Arquitectura o Ingeniería.
El
asunto medular parecería ser definir el criterio donde poner el énfasis, si en
la formación profesional o en la creación de conocimiento. Sin caer en lo
que - ya hace un siglo - Carlos Vaz
Ferreira definía como “silogismo de falsa oposición” es decir, colocar
lo complementario como contrapuesto, planteando falsas dicotomías o dilemas.
Pensamos
que una de las claves para definir el problema, pasa por tener en cuenta
fundamentalmente lo que la propia sociedad reclama de sus egresados, teniendo
en cuenta el presente pero, sobre todo, el futuro. Otra, lo que en Teoría de
Currículum se denomina Fuente Histórica y Cultural.
Y para guiarnos en ese camino apelemos a datos
incontrastables. En un reciente trabajo de asesoramiento, detectamos – basados
en el “Listado Nacional de Denominación de Ocupaciones” del Instituto
Nacional de Estadísticas y en el “Clasificador Internacional de Ocupaciones”
de la OIT – que los Profesores / Licenciados en Educación Física se ocupan en
cincuenta y tres funciones. De esas cincuenta y tres funciones, cuarenta y
nueve corresponde a tareas profesionales y sólo cuatro a académicas. Esto se
corrobora en el Primer Relevamiento Nacional de Egresados del ISEF (2014) donde
sólo el 18 % de ellos ha realizado alguna tarea de investigación. Como lo hizo
el Instituto, es de esperar que los que realizan o han realizado
investigaciones, estén sobrerepresentados por pertenecer a él y seguramente
contestaron la encuesta, lo que no pasó con una buena parte de los egresados..
De donde es lícito suponer que ese porcentaje se reduzca sin violentar la
realidad, al 10 %.
Parecería entonces irrebatible que la sociedad
requiere preferentemente profesionales de la Educación Física. Eso no quiere
decir, sin embargo, que no deba atenderse a los requerimientos académicos. Más
aún. Si así no se hiciera, el estancamiento disciplinal sería total y nos
condenaríamos a repetir acríticamente las concepciones ya establecidas.
A su vez, la fuente histórico-cultural no ofrece
dudas: como se ha relatado más arriba, la formación en Educación Física se ha
dirigido siempre con prelación a la formación profesional.
Esto deberá entonces verse reflejado en el
currículum de formación, so pena de falsear lo que se aspira con esa formación.
La propia Ley Orgánica de la Universidad, así lo establece:
“Art.2 -FINES DE LA
UNIVERSIDAD -La Universidad tendrá a su cargo la enseñanza pública superior
en todos los planos de la cultura, la enseñanza artística, la habilitación para
el ejercicio de las profesiones científicas y el ejercicio de las demás
funciones que la ley le encomiende”
Si concordamos con esta argumentación, habrá llegado
el momento de retomar el criterio según el cual la centralidad de la formación
debería referirse necesariamente a las didácticas y a la práctica docente,
prolegómenos necesarios e imprescindibles del ejercicio profesional.
Opinamos asimismo que una alternativa válida - que deberá profundizarse - es la que han
resuelto aplicar numerosas universidades en Latinoamérica y Europa. Se trata de
otorgar simultáneamente el “título profesional” de Profesor de Educación
Física y el “grado académico” de Licenciado, con lo cual se mantienen
ambos requerimientos, sin que uno vaya en detrimento del otro.
Cumpliendo asimismo la máxima universitaria de formación
profesional (enseñanza), investigación y extensión.
AG
Editorial de noviembre de 2017: Universalización de la Educación Física: Cuando el cuánto es menos que el cómo.
Se acaban de cumplir 10 años de
la universalización de la Educación Física a nivel de la Enseñanza Primaria en
el Uruguay, sin duda un motivo para celebrar. Las autoridades de entonces basadas en un principio de equidad, introdujeron por vía de una disposición
legislativa este concepto que buscaba la integralidad educativa. Seguramente
deben sentirse orgullosas con esta
presencia de la Educación Física que la ley marca en el ámbito educativo.
Lamentablemente, como ocurre con
otras tantas leyes, disposiciones o
normas, no se conoce una evaluación cualitativa de las mismas y menos aún si se
han realizado controles de la calidad
de esa universalización.
Aquellas acciones tomadas pretendiendo incluir la Educación Física
al sistema educativo básico, parecen haber sido suficientes. Ya se hizo la ley,
hemos cumplido! Sin embargo un
acercamiento con mirada crítica más
allá de los números, arrojaría otros datos que no serían del beneplácito de aquellas autoridades y de
los profesionales de la educación física.
Parecen haberse contentado con la implementación cuantitativa. La
cobertura nacional ha sido su objetivo más deseado y esta vez no solamente de
las autoridades políticas, sino
también de aquellas vinculadas a la
educación, en este caso de Primaria.
Pero el magisterio en todos sus
estamentos parece no estar convencido aún hoy de las características singulares
de esta asignatura, a la que hay que atender en su verdadera dimensión, para obtener logros de calidad e incluirla
como el agente singular que es, en la educación de los niños.
La clase y la gestión de la
educación física, por lo general, siguen categorizadas como
actividades subalternas a otras calificadas de mayor rango educativo. En la práctica, no
están incluidas al proceso educativo de
los niños, sino agregadas. No existe, salvo excepciones por parte de maestros el convencimiento
genuino, más allá de la corrección declarativa, de un abordaje educativo desde la corporeidad.
Es probable por tanto, que no
conceptualicen la corporeidad, que entiende al hombre como un ser social,
desarrollado en un tiempo y espacio determinados, expresándose a través de la motricidad con una carga emotiva, sicológica, social y
corporal.
Desde lo cualitativo la realidad
de hoy parece indicar que no todos los
niños del ámbito público y privado
están recibiendo una educación motriz de calidad. En lo público, tal vez por falta de presupuesto pero especialmente en las escuelas
privadas, los controles son muy escasos y no se cuenta muchas veces con
profesionales formados para la labor docente. Tampoco tienen prioridad en ellos
los estudiantes avanzados que tanto la
UDELAR como otras instituciones privadas con rango universitario, siguen
despachando a un mercado laboral
complejo y no regulado por ley cuando se suponía que de esto se encargaría la demanda.
Es bastante común en este
contexto, que los puestos previstos para
profesores de Educación Física titulados, sean tomados por personas
sin formación pedagógica, en el mejor
de los casos animados sólo por la pasión del deporte, no precisamente
educativo.
Imaginemos por un instante que
las escuelas tanto privadas como públicas,
no dispusieran de maestros formados en los institutos de formación
docente. Seguramente sobrevendría un
escándalo con considerable alarma
pública. No ocurre lo mismo con nuestra profesión. ¿Porque?
Sabemos del esfuerzo de los
profesores y licenciados por acompañar e incluirse al sistema, sabemos de la
capacitación, de los concursos y lo que
esto significa en la formación de todos los actores, ya sea en docencia
directa o cargos de gestión, pero creemos que el magisterio también debe
aprender. Aprender que se debe trabajar en equipo, que cuando más heterogéneos sean, más rica será
su producción; que el abordaje educativo puede y debe ser realizado por
múltiples actores del colectivo docente.
Parece interesante definirnos
como “maestros del cuerpo” como le gusta hacerlo a nuestro colega Mariano Giraldes,
ya que se pretende reivindicar en primer lugar a un tipo de educador cuyo
objetivo se encuentra en esa dimensión humana, pero al mismo tiempo la idea de
cuerpo, se extiende hacia un concepto más amplio que es el de corporeidad y la motricidad.
Sabemos que está en curso una
evaluación de este primer tramo de la
Universalización de la Educación Física por parte de la SENADE y por otra parte que este proyecto incluía una
segunda etapa, donde se planificarían una serie de medidas complementarias, como
la formación de recursos humanos, asesoramiento, material didáctico, entre
otras.
Todas estas medidas son válidas -
aunque tardías - pero se tiene la esperanza de un proceso de inclusión mayor
por parte de los colegas maestros, directores, inspectores del magisterio y
sobre todo de un compromiso en la evaluación
educativa, con una mirada
inclusiva de la Educación Física al currículo escolar.
Todas las
reformas tienen que ver con aspectos ideológicos fuertes que sustentan el
cambio en la medida que todos los actores lo comprendan. Ésta también. No
alcanzará seguramente con un colchón nuevo
o tres pelotas, que ciertamente sirven y facilitarán la tarea. No
alcanza tener un profesor en cada escuela
ya que no es únicamente un
problema de número de escuelas atendidas, sino de cómo están atendidas.
EH
Editorial de octubre de 2017: Comprender de qué se trata.
Desde hace más de treinta años se discute entre
docentes e investigadores sobre los diferentes métodos de enseñanza de los
deportes, especialmente de los colectivos. Esto viene a cuento a raíz de
algunas reflexiones que nos provocó la disertación sustanciosa (pero quizás
demasiado breve) del colega argentino Prof. Raúl Gómez, en el Encuentro de
Estudios sobre Deporte realizado a principios de setiembre en el ISEF.
Fueron los ingleses
Bunker y Thorpe (1982) que - dividiendo los juegos en los de blanco y diana,
bate y campo, cancha dividida y muro y los de invasión -
propusieron variar los procesos de enseñanza del deporte, desde el anterior
énfasis de un comienzo analítico en la técnica, a empezar el aprendizaje por
los aspectos globales tácticos y estratégicos.
Este cambio de enfoque
fue conocido en estas regiones por los textos de Bayer y de Blázquez Sánchez,
si bien vale recordar en este sentido las propuestas contemporáneas en nuestro
país de los “juegos pre-deportivos de base
común” (Hornos) que – partiendo del handball - se extendían a otros deportes colectivos.
En la llamada
“metodología tradicional” se partía del siguiente razonamiento: para poder
jugar a un deporte hay que dominar previamente cada uno de las partes o
habilidades (“fundamentos”) que lo componen. Por eso se hacían largas
series de driles, multiplicando las
repeticiones de cada habilidad o parte de ellas.
Este modelo, también
llamado técnico,
“…se basa en dividir el deporte en gestos o habilidades deportivas,
sacarlas de su entorno para su aprendizaje, y posteriormente, una vez
aprendidas, utilizarlas primeramente en situaciones modificadas del juego y
posteriormente en el contexto real del juego, independientemente de la edad y
de las características de los jugadores” (Ponce, 2007)
Muchos de nosotros aprendimos algunos deportes de esta manera. Pero
también en otros tantos, fracasamos.
Muchas investigaciones trataron de dilucidar las razones de esta
dualidad. Y llegaron a algunas conclusiones que, pensamos, deberíamos tenerse
en cuenta en nuestra tarea de enseñantes de la Educación Física. Sin
pretender - claro está - abarcar todo
el abanico de factores (que es muy amplio), señalaremos algunas de las
conclusiones a que se ha llegado.
Parecería que uno de
los aspectos fundamentales que facilita el más viable abordaje de un deporte
por los aprendices, tiene que ver con la cultura de su entorno y/o por su
experiencia anterior. Al decir de Gramsci, cultura es “… ejercicio del pensamiento, adquisición de
ideas generales, hábitos que deben conectar causas y efectos.”
Sería por ello que los
niños, adolescentes y jóvenes de determinados países, localidades o grupos
sociales tienen preferencia por determinadas prácticas deportivas y no lo
tienen por otras. Es que posiblemente se alineen por esas “ideas generales” y
por los “hábitos que deben conectar causas y efectos”.
De esta comprobación se pueden sacar algunas
deducciones. Para estar predispuesto a aprender un deporte con mayor facilidad,
habría que orientarse hacia:
- Un conocimiento
previo de las reglas o de la lógica fundamental del juego.
- La necesidad de
conectar los nuevos aprendizajes con los conocimientos previos que tiene el
alumno. Esos conocimientos debería abarcar los motrices (programas motores
anteriores), los tácticos y estratégicos, los reglamentarios y si corresponden,
los antecedentes y los procesos de progreso histórico de cada deporte. La clave
estaría en que se puedan establecer transferencias positivas hacia la nueva
práctica.
- La utilización de
juegos simplificados o reducidos. Acá habría que tener el cuidado de que esa
reducción (en cantidad de jugadores, en espacios o en la simplificación de
reglas) no signifique vulnerar la lógica del juego. Es sabido, por ejemplo, que
eso pasa frecuentemente con el fútbol infantil, donde la reducción del espacio
de las canchas hace que el juego se modifique sustancialmente y difiera
bastante del “juego de 11”.
- La real posibilidad
de que sean los propios aprendices los que puedan abordar la resolución de los
problemas que presenta el juego. Generalmente es el docente o el entrenador el
que hace el cambio o el ajuste cuando lo estiman conveniente: “tu adelantáte, cambia con María de puesto,
pasásela a José, ustedes marquen de esta manera….” Casi nunca les damos la
oportunidad de que sean los alumnos los que busquen - por ellos mismos - las
soluciones.
- El manejo frecuente
de lo que se ha dado en llamar “aprendizaje en espiral”. Éste consiste en que,
respectando lo afirmado más arriba, se pueda recurrir a aprendizajes de
habilidades aisladas o parciales cuando se entienda pertinente (si, utilizando
driles), volviendo luego al juego global en un proceso dialéctico y combinado.
- La presencia
permanente y sistemática del juego, evitando las largas repeticiones que son
interpretadas más que nada como “trabajo”. Como afirma un estudio realizado en
la Comunidad de Madrid “Sin esa dimensión
lúdica, el chico o la chica adolescente se aburre y tiende a abandonar el
deporte y a buscar otras actividades de ocio más entretenidas”.
Según una especialista
en psicología infantil, “(…) a veces, los niños tienen la sensación
de que no les gusta hacer deporte simplemente porque no acaban de entender de
qué se trata”. Esta
sensación la hemos comprobado cuando algunos adolescentes afirman de su
extrañeza porque les “mandan” hacer tal o cual actividad motriz sin darle
mayores explicaciones (y a veces, ninguna).
Es que muchas veces los docentes o entrenadores suponemos que todas las
actividades que proponemos deben gustar y motivar a nuestros alumnos, solamente
basándonos en nuestras propias experiencia e intereses. Y no es así.
Quizás sea este otro factor frecuente de alejamiento de niños,
adolescentes y jóvenes de las actividades físicas: no las comprenden.
Sería responsabilidad de nosotros, los enseñantes, el robustecer todos
los mecanismos que refuercen la adhesión de nuestros alumnos a la actividad
física, sea cual sea, deportiva o no. Y estas serían algunas de las
posibilidades.
Significativamente, la propuesta de Bunker y Thorpe se denominó “Enseñanza de los juegos por la comprensión”
y se le reconoce por el acrónimo TGfU.
De eso se trata.
A.G.
¿Cómo reaccionar frente a la cada vez más
grande y preocupante deserción
estudiantil y frente a la poca adhesión
que manifiestan los jovenes en general, tanto en las aulas como en otros
espacios en relación a una Educación Física de contenidos diverso?
Nos parece más que interesante reflexionar sobre nuestras propias prácticas.
Acerca de la responsabilidad que nos correspondería en el hecho de que la Educación Física no sea una asignatura querida
por los estudiantes. Parece imponerse un análisis introspectivo de nuestro compromiso
como docentes en relación a la visión que tienen los adolecentes sobre nuestras
prácticas, la educación física y el deporte.
¿Qué caminos nos condujeron hasta aqui? ¿Qué
necesidades no se vieron satisfechas para estos muchachos y muchachas através de los contenidos y metodologías que
dispusimos hasta ahora en el ámbito educativo?
¿Nuestra
formacion profesional responde a las
necesidades reales de nuestros jovenes
en edad liceal? ¿Nos brinda un amplio espectro de herramientas para nuestras
propuestas, o nos interesa solamente lo vinculado a lo deportivo?
¿Podría
identificarse una debilidad en nuestras capacidades motivacionales?
¿Los
escasos e inadecuados recursos didácticos podría condicionar nuestras ofertas?
¿Integramos
en nuestras intervenciones pedagógicas cotidianas otros elementos más allá de los contenidos formales,
estipulados por los programas?¿Son nuestros estilos de enseñanza demasiado
impositivos y no damos lugar a la participación creativa de nuestros alumnos?
¿La
cultura imperante y hegemónica nos demanda rendimientos deportivos?
En alguna esquina del tiempo y frente a estructuras
impuestas y demandantes de logros deportivos se descartaron formas alternativas
del desarrollo motor en nuestras clases. En algún momento descartamos los
aspectos expresivos en nuestro quehacer. Dejamos de integrar creativamente
estímulos y recursos provenientes de otras
áreas en las propuestas cotidianas.
La libertad creativa se desarrolla a partir
de múltiples enfoques expresivos, en etapas diversas de la formación de la personalidad
del niño y jovenes. Desde el Jardin de Infantes -época bien fructífera en este
sentido-, se extiende a Primaria, donde
transcurre en los tres niveles y se va desavaneciendo hasta llegar a la
Educación Secundaria donde prácticamente desaparece.
¿Qué
lugar ocupa en nuestras intervenciones el
desarrollo de lo rítmico-expresivo?
¿Utilizamos
las estructuras rítmicas propias de los jovenes en nuestras clases para hacer más
vívidas nuestras propuestas? ¿Porqué no usar más frecuentemente los ritmos, las
danzas de los adolescentes y a partir de ahí estimular un crecimiento expresivo
a través del movimiento? ¿Tenemos preconceptos acerca de estas formas populares
de danza o movimientos?
Parece no estar presente una visión holística,
integradora, de un joven cada vez más
sujeto a propuestas de diferente origen, que llenan sus necesidades con mayor eficacia y
regocigo que las nuestras. No las utilizamos generalmente en nuestro
ofrecimiento pedagógico.
¿Nos
falta libertad en la propuesta? ¿Nos falta pasión, certezas mínimas para romper
esquemas de pensamiento impuestos por lo hegemónico del momento?
Nuestro sistema educativo se está haciendo
progresivamente más permeable a las demandas de un deporte estandarizado. Entre otros agentes
generadores de cultura, los medios de
comunicación masiva no se apartan de lo conocido, de lo que consideran seguro
en la captación de públicos. Adheridos a políticas de no innovar, como en otros
aspectos de la cultura, la TV como el medio de mayor penetración y generador de
tendencias, no tiene ofertas nuevas, ni siquiera acompaña el desarrollo de deportes
que no sea el fútbol y por temporadas, el basquetbol.
Los jóvenes se permean así de estas estructuras
motrices estrictamente regladas de los deportes que ven en pantalla. Cuanto menos amplia sea la oferta televisiva, más
restringida será la curiosidad hacia otras formas menos convencionales de
movimiento.
Lo expresivo - de por sí mirado
sospechosamente para los varones – parece no ser visible en la oferta motriz
adolescente. Sus movimentos son percibidos
en función de un concepto de género que estereotipadamente
le brinda una sociedad que no genera
libertad expresiva.
Muchas veces por no apartarnos de programas
establecidos, masificamos una oferta que no incluye a todos, a pesar de un fuerte
discurso inclusor, dejamos también nosotros que las diferentes competencias de
nuestros jóvenes queden inexploradas. Coartamos sus oportunidades de
desarrollo. No atendemos a sus
expectativas idividuales.
El campo de estudio de la corporeidad hoy ha extendido
sus fronteras: por un lado las áreas vinculantes con la salud, la
educación, las ciencias sociales, la sicología y llegaría así hasta el otro confín donde el arte en sus multiples expresiones forja el
cuerpo expresivo.
También nos preguntamos si la vocación que
lleva a los estudiantes a la formación profesional como recursos humanos en
Educación Física, es tan diversa que
alcanza a contener estos aspectos.
¿Podría
pensarse que por circunstancias de un campo laboral seguro, muchos
profesores se inserten en el ámbito de
la enseñanza sin sentir una verdadera vocación por la enseñanza? ¿Sería éste
otro argumento el que justificara la falta de compromiso creativo?
La capacidad creadora ha resultado desde
siempre ser parte de un discurso inconcluso en la educación física. Haciendo un
poco de historia no debe olvidarse que los objetivos básicos de la Educacion
Física al principio de la década de los 70; la Formación Corporal, la Formación
del Movimiento, el Aumento del
Rendimiento y la Creatividad quedaron más
tarde reducidos a dos.
La academia uruguaya limitó entonces
los objetivos del área exclusivamente
a los primeros ya que los dos últimos estaban, decian, fuera de nuestra área específica, argumentando
pertenecer uno al area del entrenamiento y el otro a las actividades teatrales
y de la expresion corporal.
Seguramente en búsqueda de un purismo
radical, dejaron de mencionarse y aplicarse.
Tal vez también por tener entonces una
visión limitada de la Educación Fisica, no las incluyeron dentro de las
capacidades motoras de la Educación Física.
Tal vez ese haya sido el inicio del fin de nuestro compromiso con la
cratividad.
Así entonces, de la mano de las rutinas en
la concepción de las clases, la falta de estímulos hacia la investigación
creativa, la desaparición de los foros de interculturalidad, asi como el
predominio de conceptos donde lo lúdico,
las ejercitaciones técnico-gimnasticas, la actividad deportiva fueran tratados
como estancos; desplazó a la creatividad como objetivo constituyente de nuestras prácticas.
Se bloquearon así las oportunidades de una resignificación de todos estos conceptos
en nuestras praxis. Al tiempo que la sociedad
se tornaba cada vez mas funcional y demandaba rendimientos estandarizados y comparables,
con normas que determinaban éxitos o fracasos, aquellos objetivos menos
tangibles fueron dejándose de lado.
Hoy pretendenos reivindicar, alzando viejas
banderas, a aquel cuerpo vinculado al alma, al cuerpo expresivo, al
trabajo que busca en lo creativo otra herramienta para el desarrollo pleno de
su sabiduria.
Todos al paro!
EH
Editorial de julio de 2017: Breves apuntes hacia una política de deporte comunitario (Enésima versión)
Los cambios sociales se construyen en general con la ruptura
de modelos tradicionales, de paradigmas establecidos, que serán sustituidos por
otros que a su vez cíclicamente
volverán a cuestionarse y echar a andar otras visiones. Estos vaivenes sociales
generan una resistencia que se manifestará de diversas maneras y la sustitución de otra cultura se hará difícil de instalar, demandará
seguramente bastante tiempo. Algunas de las instituciones de la sociedad
deberán intentar impulsar desde sus ámbitos de competencia respectivos esos
cambios o interpretar las señales de transformación que esa sociedad está
realizando. Su misión será ofrecer
permanentemente nuevas oportunidades de pensar y llevar a cabo esos nuevos paradigmas, interpretar las
tendencias sociales y discernir entre ellas las más valiosas para la población
en términos de desarrollo y bienestar a largo plazo.
En el caso del deporte esa misión sería indagar acerca de
una nueva manera de pensar y poner en práctica el deporte, desde otra mirada
axiológica, con un Estado preocupado
por la participación, el conocimiento y la práctica de las actividades físicas
de su población. El ciudadano como centro de esas preocupaciones y sujeto de
derecho a las prácticas corporales saludables inclusivas, no competitivas y
socializantes.
Una vez decidido el rumbo, establecer una política paulatina
y permanente de reforzamiento del
concepto de la actividad física, del desarrollo y mantenimiento de la salud
como obligación del Estado, no delegable en otras instituciones médicas
público-privadas, que si bien colaboran a la salud de la población, no deberían
arrogarse un rol protagónico exclusivo. Existen instituciones estatales cuyo
cometido principal es la elaboración de programas de actividad física. La gestión de las actividades deportivas de
carácter nacional no es un cometido médico exclusivo.
Debe responderse a la necesidad de una definición y alcance
del concepto deporte a través de una ley nacional donde se establezca que las
prácticas corporales son expresión y competencia prioritarias de políticas de estado.
Llevar a cabo en este sentido, entre otros emprendimientos,
una Campaña Nacional de Deporte Saludable donde el concepto no sea el clásico
de la competencia individual o grupal sino que se promueva e internalice en la
ciudadanía aquel de mantenerse activo y en buen estado de salud. La
revaloración de la salud y del entrenamiento personal, la superación de uno
mismo más allá de la superación de marcas estandarizadas preestablecidas como
límites del éxito y del fracaso, estaría en el centro de esta nueva cultura de
las actividades físico-deportivas. Algunas ideas a aplicar podrían ser las
siguientes:
- Las federaciones deportivas en forma particular pero
también dentro de una acción más global coordinadas e impulsadas por los
distintos estamentos/niveles de
gobierno, podrían gestionar actividades donde el valor estaría en la cantidad
de sus practicantes, en la masificación de su deporte antes que en el
rendimiento exclusivamente. Cada organización deportiva debería
gestionar un área de deporte de carácter social dentro de sus obligaciones institucionales
para la de difusión de su deporte
particular. El estado debería estimular esa masividad con recursos diversos.
- Difusión de los beneficios de la práctica de
ejercicios físicos con espacio
radiales, en prensa escrita, páginas web, televisión pero fundamentalmente por las diferentes redes
sociales que incluyan programas concretos de práctica, ejercitaciones en
espacios cerrados o al aire libre. Crear aplicaciones para celulares como
vehículo de intercambio de información y control de los espacios y programas en curso.
- Facilitar a los jóvenes
las prácticas corporales estableciendo convenios con clubes y la
enseñanza pública. Estudiar la creación de un Fondo Nacional de Deporte
(FONADE) a imagen y semejanza del FONASA.
- Estimular el uso de los
aparatos de práctica libre con cartelería con dosificación y datos de entrenamiento.
- Crear nuevos aparatos en madera más amigables, de
fácil construcción orientados hacia los
más pequeños construidos en instituciones educativas o en centro de
recuperación.
- Parques de ejercitación aeróbica alrededor de las
instalaciones de estos aparatos.
Estimular la autogestión de este tipo de instalaciones.
- Implementación de un Programa Nacional de
Acondicionamiento Físico para diferentes edades, que garanticen la
generalización de actividades físicas de diferente tipo para un amplio marco
etario. Participar en esta revaloración de la actividad deportiva a empresas de
seguro médico, laboratorios de productos eficaces para el movimiento
humano y Ministerio de Salud Pública,
entre otros actores interesados.
- Efectivizar los diferentes convenios interministeriales o
con otras esferas de gobierno
(Intendencias) hacia un enfoque
territorial integrado y coordinado de los ofrecimientos deportivos, que estimule
las acciones coordinadas y no la superposición de esfuerzo y recursos. Abrir
más espacios públicos para la gestión controlada de actividad física para
quienes las necesiten.
- Restablecer la discusión acerca del concepto de ejercicio
físico complementario o compensatorio en el lugar de trabajo. Fomentar nuevas
formas de “Deporte empresarial”
- Establecer contenidos mínimos nacionales dentro de la planificación de ofrecimientos
recreativo-motores en Plazas de Deportes y espacios deportivos
públicos, que establezcan una coherencia de objetivos a nivel nacional según
las pautas del PNID.
- Extender a nivel nacional las denominadas “Plazas de
encuentro” cuya implementación en Montevideo ha sido muy exitosa como
oportunidad de convivencia ciudadana. Echar una mirada atenta (como
investigación sistemática) a las movidas sociales que nos marcan tendencias de
lo que los barrios quieren como espacio autónomo recreativo y cultural. Liberar
espacios de autogestión.
- Incentivar la bicicleta como cultura alternativa regulando
sus derechos y obligaciones. Interacción de la Educación Física y el Deporte
como eficaz vehículo en acciones de transversalidad educativa en políticas de
convivencia, género, prevención de
problemas posturales, ecología, urbanismo y seguridad y prevención de accidentes de tránsito.
En fin, comenzar a transitar otras sendas “alternativas” del
Deporte para la gente, para la mayoría
de la gente alejándonos de la visión exclusivamente competitiva (que no
obstante deberá existir) aunque no como alternativa preponderante de un gobierno
de izquierda.
La creación de una nueva cultura significa romper con
paradigmas establecidos, arraigados en el colectivo como verdades absolutas,
vendidos por otra parte desde siempre por una prensa con poco vuelo, muy básica
en lo conceptual y donde las posibles otras alternativas no aportan agua a sus
molinos.
La obligación de un gobierno comprometido con la salud de su
pueblo es no dar más consentimiento a
lo que pide la tribuna y aceptación de la rutina continuista. Como la prensa no
dará lugar significativo a estas nuevas, expresiones “subvaluadas” del Deporte,
habrá que crear otros espacios de
resonancia, crearse los propios canales de vinculación con la gente que según la tendencia actual ya no son los
tradicionales: las ya famosas redes sociales.
Se trata de romper con los conceptos tradicionales, de trascender
lo inmediato, de innovar, de crear y creer que se es capaz de cumplir con el mandato histórico de
transformación de la sociedad.
EH
José Batlle y Ordóñez, enseguida que dejó su segunda
presidencia en 1915, se incorporó activamente
- y lo hará por los siguientes cuatro años - a la Comisión Nacional de
Educación Física. Su primera iniciativa fue la de proponer la organización de
Comisiones Departamentales de Educación Física.
Hay consenso en los historiadores de que el batllismo
proponía para su “país modelo” una profundización de la participación
ciudadana, yendo desde una meramente electoral hacia una “participación
ampliada”. Un lugar importante en ese sentido lo constituyó su confianza en el
desarrollo de la gestión local.
Coherente con esto, Batlle y Ordóñez impulsó que el deporte
y la educación física, en los departamentos y en los barrios, fuesen dirigidos
por organismos colectivos integrados por los más relevantes actores locales.
Textualmente, la propuesta de Don Pepe, cuando se discutía
la integración de las comisiones locales de Educación Física, fue así:
“El Sr. Batlle y Ordóñez manifiesta la
conveniencia de aumentar el número de sus componentes, debiendo formar parte de
esa Comisión “ex oficio” (Nota: por
el cargo detentado) los presidentes de
las Juntas Administrativas, el Intendente Municipal, el Jefe Político, el
médico del Servicio Público, el Inspector de Escuelas, el Jefe de la Inspección
Técnica Regional, eligiéndose otros ciudadanos para completar esta lista hasta
el número de once” (Acta de la CNEF
del 7 de setiembre de 1915).
Las potestades de estas comisiones serían muy amplias y con
importante autonomía en la gestión, aunque siguiendo los lineamientos generales
del Organismo.
En el articulado de la reglamentación respectiva se
determinó que
“Tendrán a su cargo la administración e inversión de fondos que se le asignen, los que obtuvieran del concurso popular o privado y los que otro arbitrio cualquiera pusiese a su disposición para los propósitos de su establecimiento” (Art. 6º)
Previamente se había establecido que su misión era la de “(…) secundar las finalidades de la CNEF” (Art.
4º)
Estos cien años transcurridos hicieron que – especialmente
por presión de una burocracia técnica muy persistente -, se le fueran
restringiendo sus potestades hasta que actualmente se tratan de meras
comisiones de apoyo, limitadas a recaudar dinero y a alguna otra tarea
auxiliar, sin intervenir para nada en el logro de los “propósitos de su establecimiento”.
Esto viene a cuento, en la medida de que se está
desarrollando un proceso de transferencias de plazas de deportes al ámbito
local o departamental. Como esas transferencias tienen carácter diverso, nos
interesa analizarlas en algunos aspectos que las caracterizan y diferencian.
Tomaremos - para simplificar - dos experiencias bien
desiguales: una es la de Tacuarembó y la otra la de Juan Lacaze.
En el caso de Tacuarembó, la SND le entrega a la Intendencia
directamente la gestión de la Plaza, para que está la integre dentro de sus
servicios. La comunicación oficial dice así:
“La Secretaría Nacional del Deportes y
la Intendencia de Tacuarembó suscribieron un convenio mediante el cual ambas
partes se comprometen a trabajar en conjunto en el marco del proceso de
transferencia de la gestión a la comuna, de la plaza de deportes de la ciudad
de Tacuarembó” (página web de
Presidencia. 25.6.2016).
En el caso de Juan Lacaze la solución va por otro camino.
La gestión estará a cargo de un Consejo de Deportes local donde convergerán
representantes de un amplio espectro de actores locales (ligas deportivas,
clubes, centros educativos, deportistas, etc.) junto a las autoridades locales,
municipales y nacionales. En este caso, la comunicación oficial informa:
“(…) se firmó el compromiso de transferencia de la Plaza de Deportes de
Juan Lacaze al Municipio de esa Ciudad. Estas instalaciones se transformarán en
un parque de esparcimiento saludable al servicio de la comunidad local, que
contará con un Consejo de Deportes que integrarán representantes de Ligas,
Clubes, Centros Educativos y deportistas de dicha ciudad con el fin de
fortalecer la participación ciudadana y el desarrollo del deporte comunitario” (pág web de la Secretaría Nacional del Deporte)
Ambas soluciones se enmarcan en el concepto clave de
“descentralización”. Parece además que habría una cierta unanimidad política en
torno a su conveniencia.
Pero si seguimos al argentino José Luis Coraggio
percibimos que este término tiene diferentes connotaciones y que tal
unanimidad, no es tal. Afirma en este sentido, que hay dos corrientes que
difieren frontalmente en sus concepciones, pero que comparten la misma
denominación: descentralización. Una sería una “propuesta neoliberal” y la otra
sería una “propuesta democratizante”.
La primera, la neoliberal se basa en un criterio
economicista, ejecutada especialmente desde el eje administrativo, radicando su
médula en la transferencia interestatal o a terceros (sociales o privados),
siendo el foco de la argumentación, la mejor eficiencia que tendrían aquellos
que operan más cerca de los usuarios, combatiendo de esta manera el excesivo
burocratismo que caracteriza a los sistemas centralizados,.
La segunda, denominada por Coraggio “democratizante”,
centra su propuesta en lo político, adquiriendo suma relevancia el ejercicio
del poder a nivel local, comunitario,
privilegiando una conducción democrática donde la participación, el
desarrollo de ciudadanía y la autogestión ocupan el centro del escenario.
Si examinamos la solución de Tacuarembó, parecería que se
acerca más al primer modelo. Se trata de una transferencia dentro del propio
Estado donde la gestión pasa de estar centralizada en la SND a estar
centralizada en la Intendencia respectiva.
En la segunda opción, la de Juan Lacaze (mucho más cercana a
la idea de Batlle y Ordóñez), se intentaría que sean los diferentes actores
institucionales locales representativos,
los que asuman esa responsabilidad. En este caso, se estaría
privilegiando una más genuina participación comunitaria.
Esta diferencia no es menor. El tema no es menor. Nos parece que según se recorra uno u otro
camino, se determina el modelo a seguir. Porque una y otra solución transitan
por formas distintas que denotan enfoque culturales claramente diferentes.
“De lo que se trata, en suma, es de emprender un
proceso de transformación cultural, de creación de nuevas formas de poder
social y de una nueva vida social”
(José L. Coraggio “La descentralización. El día
después...” Cuadernos de Postgrado, Serie Cursos y Conferencias, UBA, Buenos
Aires, 1997)
Ni más ni menos.
A. G.
En el editorial anterior (marzo de 2017) se insistía en la
importancia de que no caiga en el olvido el Plan Nacional Integrado de Deporte
(PNID). En esta insistiremos en otra experiencia exitosa que debería retomarse.
Nos estamos refiriendo al Grupo Asesor en el Ámbito
Académico y Profesional del Deporte que fuera convocado en la anterior
administración del Ministerio de Turismo y Deporte (específicamente en el 2014)
y que Nexo Sport tuviera el honor de integrar.
En esa oportunidad, fue requerida la presencia de
instituciones públicas y privadas dedicadas a las formaciones de recursos
humanos (ISEF, Facultad de Ciencias Económicas, IUACJ y CLAEH), los
representativos profesionales (Profesores de Educación Física, Sicólogos
Deportivos, Médicos del Deporte, etc.), la repartición especializadas en la
supervisión de la formación de personal de la DINADE, las publicaciones
especializadas, etc.
En un ámbito de reflexión y producción académica se estudió
especialmente los temas de la formación profesional en la Cultura Física y las
habilitaciones que el Estado otorgaría en ese sentido.
Como ejemplo de este fructífero proceso, una de las
comisiones de estudio finalizaba su informe de esta manera:
“Finalmente, reconocer la necesidad
de cuando se formulen medidas relacionadas con esta formación, esta abarque las
diferentes tareas y roles del campo de la Cultura Física, es decir del deporte,
la recreación y la educación física en el sistema educativo. Nos estamos
refiriendo a las tareas educativas, de rendimiento, comunitarias, de
gestión, relacionadas a la salud, a la
comunicación, a las tareas auxiliares (arbitraje, mantenimiento,
infraestructura, administración, etc.), las
que pueden ser ejercidas tanto por personal profesional como por
voluntario, debiendo ser esta formación especialmente adaptada para aplicarse a
distintos los contextos y realidades”
Pensamos en este sentido que la existe un amplio potencial de colaboración
en las entidades y personalidades destacadas, el que puede ser de gran
beneficio para el desarrollo de la acción gubernamental en el deporte.
Esas
entidades pueden encontrarse - además
de aquellas que son específicas de las instituciones de enseñanza superior
dedicadas a la formación de recursos humanos en el área, las sociedades
científicas y gremios profesionales representativos de las especialidades que
desarrollan su labor en el sector - en delegados de los gobiernos locales y
departamentales, de las organizaciones del sistema federativo nacional, de los
clubes polideportivos y de toda otra institución y/o personalidad que se estime
pertinente para el desarrollo deportivo nacional.
Los objetivos de este Consejo Asesor podrían ser:
-
Asesorar
a la Secretaría Nacional del Deporte de todas las cuestiones de carácter
técnico y académico que se encaminen al desarrollo del deporte de competencia,
la educación física en la enseñanza y de la actividad deportiva comunitaria.
-
Proponer
los proyectos, actividades y acciones que entienda pertinente para el mejor
cumplimiento de estos fines y/o de los establecidos en el PNID.
-
Entender
en aquellos temas que la SND estime pertinente, en especial sobre la formación
de recursos humanos en el área.
-
Colaborar
en la organización de aquellas actividades que permitan el desarrollo de la
cultura física.
-
Asesorar
a instituciones públicas, sociales y privadas sobre aspectos que se estime
valioso para la consecución de estos fines.
Experiencias
que también son de recibo fueron los de la comisión asesora que dirigió el
primer tramo del Proyecto “Gol al Futuro”, así como la amplia convocatoria
alcanzada en el desarrollo del llamado “Proyecto Piloto La Paz”, los que se
convirtieron en buenos antecedentes de participación que fundamentan
positivamente esta posibilidad de cooperación de la sociedad civil.
También
se encuadra en la misma línea, lo establecido en la “Visión” de Plan Nacional
Integrado de Deporte. En este aspecto se pretende responder a la pregunta de “¿cómo nos gustaría ver el
deporte uruguayo dentro de, por ejemplo, 10 años…? Y, para ello, se propone:
“Un modelo
organizativo que articule de manera ordenada, plural y sustentable la
participación de todos los actores públicos y privados del Sistema deportivo,
con un importante alineamiento de políticas y estrategias”
Esta
iniciativa a su vez, concuerda casi textualmente con lo establecido en el
Programa de la fuerza de gobierno, el Frente Amplio. Allí se sostiene la
necesidad de
“Alcanzar
un modelo institucional que articule de manera racional, ordenada, plural y
sustentable la participación del estado y de todos los actores en el sistema
deportivo”
Por todo esto, esperemos que se vuelva a abrir este espacio de
participación, necesidad impostergable – como otros similares - para alejarse
de la posibilidad de que un organismo gubernamental como el que nos ocupa pueda
quedar aislado, colonizado por un cierto ensimismamiento en la gestión
cotidiana, perdiendo de vista los lineamientos generales y los aportes que
pueden proveer los que viven la realidad externa, siempre rica, variada y
cambiante.
Nosotros, estamos dispuestos.
AG.
Editorial de marzo de 2017: A la búsqueda de un plan estratégico (2012 - 2018)
A
los efectos de buscar información acerca del Plan Nacional Integrado de Deporte
que recordamos como un documento valioso de diagnóstico, e incipiente Plan
Estratégico de Deporte (2012 2018) consultamos la Página web de la Secretaria
Nacional de Deporte.
Con
sorpresa y alegría encontramos una muy buena información periodística, un muy
buen y práctico diseño para su consulta, (http://www.deporte.gub.uy/) que ha
significado un progreso considerable en la comunicación institucional,
comparado con aquel modesto pizarrón que nos esperaba en el Hall central
del primer periodo de la ex DINADE.
Saludamos
con beneplácito esta instancia de comunicación y recomendamos al lector su
visita. Allí podrán enterarse de noticias y eventos trascendentes en la vida
deportiva del país de los que lamentablemente si no son levantadas por los
medios masivos de comunicación, jamás se enterarán. Estos medios responden casi
siempre a las actividades deportivas que resultan de interés a sus
usuarios, quienes consumen un tipo de conocimiento de menor exigencia
excepcionalmente vinculados a los procesos o políticas de
desarrollo.
Encontrarán
eventos, convenios y programas de cooperación con otras instituciones y
actores muy importantes para la creación de opinión publica (entre ellos
natación en las plazas de deporte y Surf en las playas)
excelentes iniciativas concretas a
mediano y largo plazo, que sin embargo no serán de conocimiento y valoración
masivos.
Una
vez de ese deslumbramiento inicial nos damos cuenta que la página no está
diseñada para un tráfico de ida y vuelta, no se pretende lograr una
construcción colectiva o participativa de quienes le interese hacerlo. El
Twitter no parece una herramienta generalizada, y si lo es, no ofrece la mejor
oportunidad de participación cuando su característica nos limita a los 140
caracteres. Bajo estas circunstancias parece difícil exponer con claridad ideas
que pretendan ir más allá que el comentario rápido y poco trascendente.
No
dimos con lo que buscábamos, el deseado PNID, observamos sin embargo algunas
debilidades, como por ejemplo que la información de actividades en las plazas
de deportes no puede limitarse a la ubicación geográfica y teléfonos.
Quien querría hacerlo de esta manera!!! Más interesante y valioso sería
enterarse de sus programas, sus actividades etc. de una manera más “moderna” la
publicación de sus Páginas web, por ejemplo y si no las hay sencillamente
creárselas. Interactuar, dejar opinión en fin, conocer sus múltiples y
seguramente diversas realidades.
Muchos
espacios están aún sin información, no se pueden leer por ejemplo el
organigrama, ni la agenda, ni lo referido al Dialogo social, tampoco se informa
de los antecedentes vinculados al deporte de los integrantes de la Secretaria.
En muchas de las ventanas no se despliegan los ítems anunciados y si existen
contenidos, la mayoría resultan ser enunciados teóricos, ni siquiera
proyectos, sin vínculos de implementaciones prácticas, como una forma de
cumplir con el espacio previsto. Siempre es un camino de ida, sin posibilidad
de feedbback de sus destinatarios. Más información que participación
Parece
faltar el espíritu de aquel “gran oído” que se desarrolló para nuevas
propuestas del Primer Congreso Nacional, con el que se inauguró el primer
período del Frente Amplio en la gestión del deporte nacional. Se debería
diseñar una forma más moderna, efectiva para la gente y de esta manera dar a
conocer mejor las diversas y excelentes actividades que se realizan, así
como recibir las devoluciones del colectivo ciudadano como una evaluación de
uno de los actores de la intervención deportiva. *
Sería
interesante sobre todo, que la ciudadanía logre percibir e internalizar las
propuestas, creando empatía con la gestión de la Secretaría, donde se pueda
observar una línea coherente, entre lo que se hace y lo que se planifica, la
existencia de un rumbo programático a largo plazo. Ese rumbo unificador
de la gestión factible de cambio después de ser evaluado lo que otorga
seguridad y firmeza ideológica. A propósito:
“El
desarrollo del deporte en un país no depende, sólo, de su gobierno, sino del
trabajo continuo, complementario y coordinado entre todos los actores del
sistema deportivo.
El
Plan Nacional Integrado de Deporte (PNID) debería ayudarnos a trabajar con una
dirección clara, en un mismo sentido, de manera coordinada y eficaz.
Un
documento vivo, abierto, flexible. No una camisa de fuerza sino un potente faro
que orienta, ordena, define los principales objetivos, programas y acciones a
poner en marcha en nuestro país para dar un salto cualitativo en el desarrollo
deportivo”
Estos
eran unos de los primeros párrafos del Plan Nacional integrado de Deporte,
definidos por más de 200 personas que participaron y que por alguna razón
no parecen muy visibles como políticas de estado en esta comunicación oficial
formato digital.
Continuamos
en la búsqueda del PNID o de lineamientos que aseguren un
posicionamiento estratégico de cada una de las áreas del sistema
deportivo uruguayo sin resultado. Sistema que en aquel documento se definían
como el deporte en el sistema educativo formal y en la infancia, la
adolescencia y juventud, desarrollo de la actividad física y el deporte en los
ámbitos comunitario, deporte federado de competencia, alto rendimiento, deporte
y salud, etc.
No
encontramos referencias en las informaciones de las actividades y
proyectos implementados o en proceso, que las vincule a aquel gran
trabajo de investigación y propuestas comenzado en 2008, donde había
23 programas y 93 medidas concretas.
Una
planificación, un marco controlable y evaluable con indicadores de logros que
establezcan la confirmación o el cambio de rumbo, tal como fueron
concebidos no existen. Estos rumbos comprometían a un amplio espectro de
participación, así estuvo pensado entonces. Involucra no solamente al estado en
sus múltiples instancias de gobierno y ministerios (Educación y Cultura,
Salud, Desarrollo Social, Interior, etc.) ya que el deporte puede y
debe desarrollarse transversalmente en las acciones coordinadas, sino que
es vinculante a otras áreas, como las privadas. Esas coordinaciones,
regulaciones y proyectos transversales son solamente efectivas si existe
un marco referencial que les de significación y los ordene secuencialmente.
Nos
llama la atención y parece imposible creer que no solamente la planificación
propuesta sino el exhaustivo diagnóstico de la situación del sistema deportivo
del país hayan caído en el olvido. Máxime cuando la mayoría de los actores que están
en el gobierno hoy, fueron protagonistas esenciales de aquel trabajo, que a
medida que pasa el tiempo nos parece más valioso.
EH
Al
pretender investigar en otras realidades de la comarca, nos encontramos
con un documento del plan estratégico presentado por la Secretaria de Deporte
Argentina que invitamos a leer. Es una producción limitada a Buenos
Aires, aunque en algunos casos se menciona que algunos de sus
proyectos serían de aplicación nacional. Somos conscientes que de lo escrito no
necesariamente todo sea más tarde ratificado en la realidad. Se nos ocurre
interesante, pues enumera los proyectos ordenadamente y establece
definiciones y normas claras, períodos de ejecución, implementación,
destinatarios, alcance, coordinaciones con otras áreas del Estado, con
federaciones y comité olímpico etc. No resulta un modelo a seguir en absoluto,
sino una fuente de consulta, que quede claro.
Editorial de febrero de 2017: Juan Copete: con la política, metete(1). El dilema del deporte comunitario
(1)
Hace referencia a la polca de Zitarrosa,
que fuera a su vez título de una columna de opinión
en el diario El
Popular escrita - en 1994 -
por el maestro, historiador y amigo de NEXO, Julio
Rodríguez.
Una de las cuestiones que se han presentado últimamente y
que ha dado lugar a variadas polémicas, tiene que ver con el modelo del deporte
comunitario y su descentralización.
Nos explicamos. Luego que el Presidente Vázquez afirmara el
1º de marzo del 2015, en su mensaje televisivo con motivo de su asunción al
cargo, que una de las prioridades del Gobierno sería la descentralización,
diversas interpretaciones han surgido sobre, justamente, ese concepto.
Hay una concepción que sostiene que alejar del centro
geográfico el poder de decisión, es decir, desplazarlo hacia otros organismos
con mayor cercanía al territorio – por ejemplo a las intendencias – es la forma
adecuada de ese proceso. Sin embargo expertos describen esa forma de concebirlo
más bien como “descentración” en contraposición a “descentralización”
(Veneciano). Esta última sería aquella que distribuye adecuadamente el poder
desicional entre todos los actores, en este caso, del deporte comunitario.
Para poner ejemplos: la “descentración” sería el
proceso que se llevó a cabo hace medio siglo en el deporte comunitario de
Maldonado (descentrado del Poder Ejecutivo pero centralizado en la Intendencia)
y el que ahora se dio con la transferencia de la Plaza de Deportes de Tacuarembó
a la Intendencia respectiva.
Esta “descentración” generalmente se asocia a formas
de entender el gobierno con una óptica “gerencialista”, según la
acepción que aporta el sociólogo compatriota Agustín Canzani.
Canzani indica que
“(...) una visión «gerencialista»
de la política (...) trata de negar la influencia ideológica para centrarse en
la gestión como un valor en sí mismo.”
(en Portal “Nueva Sociedad”).
Esta forma de percibir el gobernar - que está muy
extendida especialmente en determinados círculos profesionales y en algunos
medios de comunicación - lo hace promoviendo las soluciones “únicas” de lo
tecnológico frente a cierto desprestigio del accionar político-partidario real.
Desprestigio que – paradójicamente - esos mismos medios han ayudado a crear.
Este paradigma es bien representado por Rubén
Acosta Hernández (“Gestión y administración de organizaciones deportivas”.
Paidotribo, 2005), cuando limita la acción gerencial a la pura gestión:
“Las tareas gerenciales están orientadas
fundamentalmente hacia la planificación, la organización, la coordinación y el
control. Un buen gerente de deportes necesita estas competencias y debe
demostrar rendimiento en su trabajo personal, así como habilidades para tomar
decisiones.”
En contraposición y desde una posición que podemos
calificar de “político-participativa” , el argentino José Luis
Coraggio, es enfático en afirmar que
“El papel de la política no es (...) meramente
diseñar y gestionar buenas políticas sociales, más coherentes y exactas, más eficientes
e inteligentes, menos reactivas y sectorialistas, ni meramente retirarse junto
con el Estado y pasar recursos a la gestión de un mercado de entidades
intermediadoras. Su papel es pugnar por transformar la economía, la sociedad y
la política, construyendo un nuevo poder social” (en “Economía social y solidaria. El
trabajo antes que el capital” Ed. Universidad Politécnica Salesiana y FLACSO,
Quito, 2011)
Aunque es
obvio, debe quedar bien claro que esta forma de sostener el papel
de la política no ha de ser un salvoconducto para la desorganización, la
improvisación, la opacidad, el amiguismo, la corrupción, las soluciones
inconsultas, etc. Lo que afirma Coraggio es que una buena política “no es
meramente” buena gestión. Es mucho más.
El colombiano Alvaro Córdoba afina este concepto
acercándolo al tema del deporte y la recreación, afirmando que:
“La reflexión sobre la
dimensión política del deporte y la recreación hacen referencia inevitablemente
a la relación del deporte y la recreación con la Política (en singular y
mayúscula) y con las políticas (plural) o sea la relación con lo
político.”(...)“De
ello derivan elementos fundamentales como la formación de ciudadanía, la
comunicación pública, la corresponsabilidad, la transparencia, el control social,
el fortalecimiento social (...)” (Portal Funlibre)
Ejemplo esclarecedor: la experiencia llevada a cabo
en el Proyecto Piloto La Paz en la administración anterior.
En estos dos puntos de vista disímiles, las
denominaciones son bien elocuentes y demuestran claramente las diferencias.
Mientras que los “gerencialistas” designan a las personas concurrentes como “clientes”,
“usuarios” o “consumidores”, los “participativos” lo hacen
como “compañeros”, “socios” o “colaboradores”. Es bien
distinta una “clientela” (formada por clientes) que una “sociedad” (de socios).
Esas diferencias tienen su eje en el mayor o menor
incidencia que los cubanos Alejandro Ramos, Rafael Ojeda y otros definen como
“(...) el empoderamiento
ciudadano que contribuye y garantiza una gobernabilidad democrática y
contribuye entonces a la formación de una cultura y una sociedad verdaderamente
democrática” (Portal
“efdeportes”)
Este
empoderamiento (adquisición de poder e independencia por parte de un
grupo social) es lo
que los “participativos” jerarquizan, no haciéndolo así los “gerencialistas”.
La posición ante este empoderamiento de los actores sería entonces la
clave para definir el modelo a elegir en el deporte comunitario.
Es significativo que la disímil distribución del poder
haya tenido, históricamente, diferente peso y haya definido distintos
derroteros en el deporte comunitario. En el ámbito asociativo (clubes y
asociaciones) los directivos (dirigentes, representantes comunitarios, etc.) en
general retacean la participación de los profesionales y de las instituciones
públicas mientras que, en el ámbito público, está naturalizado que estos dos
últimos (autoridades estatales y técnicos) han de hacer lo propio con los
representantes comunitarios (vecinos, participantes, etc.).
Al respecto, los citados Ramos y otros sostienen que
“La gestión de los procesos
de actividad física y deportes (…) surge de la participación de los actores que
la necesita y que son impactados por su uso. La interacción social es
imprescindible: los “expertos” que saben “como se hace” no tienen el derecho a
definir solos “qué debe ser hecho”. (...) “La gestión es participativa desde el
modelo cuando se tiene en cuenta la percepción de los problemas desde la visión
del gobierno, de los especialistas, de la comunidad”
En esta disyuntiva, donde aparecen confrontando dos modelos
ideológicamente diferentes, el camino del medio es el más fácil pero también el
peor, pues no conforma a nadie y cristaliza un sentimiento de frustración
colectivo.
Quizás lo que pueda saldar el contencioso sean los
lineamientos que la ciudadanía ha laudado con su voto. En este sentido, no
podremos soslayar entonces el repaso de lo que mandata en lo particular el
Programa del Frente Amplio para el período 2015-2020. Dice así:
“Involucrar fuertemente a
la población impulsando mecanismos para llegar a la universalización de la actividad deportiva
comunitaria, con su integración a las
políticas sociales transversales, de salud y culturales, de género y generacionales con énfasis en el desarrollo
de ciudadanía. Lo que implica distribución de poder decisional, capacitación
de las organizaciones de la comunidad en el territorio y ampliación de la
oferta pública, social y privada”
Las preguntas obligadas serían entonces ¿cuál modelo
seguir? y, sobre todo, ¿qué caminos estamos transitando?
A. G.
Editorial de enero de 2017: 2016. Breve resumen de un año que pasó, no sin dejar huellas
NR: La revista Nexo
Sport ha decidido este año una forma diferente de hacer balances. La
publicación de una selección de tramos de algunas editoriales de este año
pasado, demuestra la diversidad y profundidad de las temáticas que hoy preocupan a la educación física y el deporte.
Temas que no han sido ajenos a esta
revista, que pronto estará cumpliendo
34 años y que permanentemente ha
intentado dar una respuesta coherente comprometida en este nada
despreciable camino recorrido. Una visión distinta dentro de los critico y
reflexivo, independiente, a medio
camino entre lo político y lo técnico profesional. Buscando fundamentación académica cuando fuera necesaria y
también volando con mayor libertad tras
quimeras con proposiciones concretas de cambio. Este ha sido nuestro propósito.
Está en Uds. juzgar cuán cerca hemos
estado de lograrlo.
Los abrazamos con el
cariño de siempre Quique y Cheche
El valor de los datos
La locación donde se hacen las “prácticas corporales”
involucran los espacios privados y públicos. Estos últimos han tomado
relevancia y en función de su acierto, en la preferencia de los usuarios, sería
necesario incrementarlos en cantidad y sobre
todo con nuevos ofrecimientos. Nosotros nos permitimos insistir en el
establecimiento de convenios público privados (Enseñanza Secundaria y clubes)
donde ambos extremos de esta posible sinergia sería beneficiosa. La territorialidad de estos ofrecimientos
enriquecería las propuestas.
Por ultimo reiterar el rol de lo público-privado en campañas
y emprendimientos motivacionales,
creadores de cultura vinculados al deporte y su práctica saludable.
La reformulación de emprendimientos tales como el Programa de
Acondicionamiento Físico que se llevara
a cabo en rededor de los años 89, 90 conocidos como PAF, podría ser una idea
orientadora.
Si bien algunos datos pudieran haber
cambiado en los últimos dos años, esta encuesta es de sumo valor en la
orientación de las políticas deportivas para la juventud.
A propósito de los Juegos
Olímpicos: No sólo ellos, también nosotros
El tamaño y el poder del aparato creado alrededor de este
evento, hace inútil plantearse cualquier tipo de modificación de este estado de
situación. Parecería sin embargo interesante
plantearse de una vez por todas, pues parece que es tiempo de la gente, de la
gente de alpargatas, alternativas distintas
del desarrollo deportivo. Una concepción no sustentada en el ganar, en el podio, sino en programas
donde el premio sino la participación y la interacción con los
semejantes. Propuestas desalineadas de
una idea del deporte atado a la confrontación. Inversiones destinadas a
actividades deportivas que sean de beneplácito de la gente, que produzcan
placer y alegría, que desactiven la violencia
Somos conscientes que se trata de una propuesta contra
cultural y por ende muy difícil de implementar, pues significa
desandar caminos para tomar
otros.
Sin embargo Uruguay ha desandado caminos
últimamente, ha innovado con propuestas diferentes a las usuales. Esa actitud le otorga autoridad y confianza como
para intentar una nueva cultura en el deporte.
Regreso de un sueño
posible (Una jornada de atletismo
escolar)
Cuál es nuestra reflexión? Hace 50 años que leímos a
Annemary Seybold, pedagoga alemana de la década de los 70 que nos hablaba de
las actividades pedagógicas, de grupos vitales, del respeto por los
participantes y todos decíamos que sí y acordamos con ella.
También acordamos con Paulo Freire quien reconoce otros
saberes en sus estudiantes , que es posible la reflexión, la conciencia
crítica, que es posible otra mirada.
Sin embargo seguimos con el modelo adulto de las
competencias, podio para primero, segundo y tercero, técnicas elaboradas para
el alto rendimiento exigidas a pre -adolescentes, jueces de alta competencia
sin delegar poder evaluatorio y confiar en los saberes de jóvenes y alumnos de
niveles superiores.
¿Por qué?
¿Por qué no podemos ser coherentes?
¿Por qué no disponemos de fuerzas interiores para cambiar?
¿Qué pasa con nuestras instituciones que manejan un discurso
y hacen otro?
Lo mejor de todo queda para el final: Heinz Mandtlerel
profesor coordinador y realizador del proyecto es URUGUAYO formado en el ISEF
colega de todos nosotros.
Más allá de todas las dudas
seguimos creyendo que es posible. Pero YA, pues se nos acaba La vida!!
Propuesta
de NEXO para el Dialogo Social
Pensamos que ha llegado el momento de las
realizaciones. Propuestas concretas
como estas o cualquier otra, con clara
dirección hacia lo comunitario. Hacia el valor social del deporte como agente
preventivo y generador de salud para
todos, tomando distancia de visiones más elitistas del deporte.
No seamos condescendientes con la visión competitiva y la
búsqueda de talentos para gloria efímera
de tal o cual deporte. Un país también es grande por su masividad. Sobre todo
uno que pretende ser justo y solidario. No habrá medallas y no se medirá en puestos divulgados por la prensa que evaluara resultados de
rendimientos en la dimensión vulgar del deporte, la única que ellos conocen.
Debemos romper con supuestos no revisados, debemos construir miradas
compartidas, trabajos en equipos para reflexionar y resignificar en este presente que ofrece la oportunidad de un
dialogo social.
Seguramente se podrá medir en menos gastos en servicios de salud, una población
más sana con menores riesgos de
enfermedades cardiovasculares
evitables. Con aumentos sensibles en la calidad de vida de todos.
Tomemos un rumbo. Asumamos definiciones
EH
Nuestro oficio
Recuperemos pues nuestra formación en lo que nunca debió
haber dejado de serlo, la que se refleja claramente en su primera denominación:
“Curso para la Preparación de Profesores de Educación Física”
Asumiendo que, como lo señala la también académica argentina
Edith Litwin, nuestra profesión trata del "complejo y maravilloso
oficio de enseñar".
Y que nosotros, luego de medio siglo de ejercerlo, estamos
cada vez más orgullosos de ello.
La detección temprana de talentos en el deporte: algunas
preguntas.
(…) como no se puede detectar en todas las modalidades
simultáneamente ¿cuáles se jerarquizan?: ¿Las que la Secretaría de Deporte
anunció como prioritarias? ¿Las que tienen clasificados para los Juegos
Olímpicos?¿Las que tienen infraestructura y docentes?¿Sólo evaluamos a los
niños interesados o a todos?
¿Cómo podemos hacer para evaluar en una sola edad cuando los
presuntos talentos deben encontrarse en diferentes momentos de su desarrollo?
Se requiere (…) que las federaciones o los clubes se hagan
cargo de sus carreras deportivas. Esto significa concentrar a estos elegidos en
lugares donde se puedan brindar las posibilidades de un entrenamiento
específico, constante y bien supervisado, con todos los apoyos necesarios.
¿Cómo se resolvería este tema por cuanto no se va a contar en cada deporte con
cantidad (“masa crítica” se le dice) de jóvenes deportistas que ameriten este
esfuerzo?
(…) hay que discutir si este sistema debe asumirse por la
administración pública o por el sistema federativo, en la medida de que en el
futuro muchos de los detectados pueden derivar hacia aspectos comerciales del
cual el Estado, que haría la inversión, no va a ser parte. ¿No habría que poner
este tema en la agenda para profundizarlo?
No es la primera vez que este sistema se intenta en Uruguay
y, tampoco sin duda, en otros países (…)¿No será necesario profundizar en esos
resultados?
Seguramente todos estos asuntos serán debidamente
estudiados, dado las repercusiones que pueden tener en varios aspectos. Pero se
nos ocurre que el fundamental se refiere a esos adolescentes y jóvenes que son
elegidos y que, si no se hacen las cosas con mucho cuidado, pueden ver
comprometidos sus futuros, no sólo deportivo, sino de toda una vida.
Que cada cual atienda su juego
(…) surgen (..) algunas interrogantes. Sin agotar el tema,
se nos ocurre que sería necesario responder a algunas:
- El Sistema Educativo ¿puede desarrollar una Educación
Física al servicio de las federaciones?
- ¿Cuáles son los límites de la intromisión gubernamental,
cuánto tiene éste que invertir, y como repartir los escasos recursos
disponibles?
- ¿Es factible sólo una actuación asistencialista?
- El Estado ¿Tiene que dar siempre todo al deporte – como le
reclaman – y mirarla de lejos?
- En un sistema deportivo de gobernanza, el Estado ¿debe
sustituir al sistema deportivo cuando este falla o debe orientarlo, ejercer la
rectoría, apoyarlo, controlarlo, evaluarlo, llegar a acuerdos, dar
participación, etc.?
Si respondemos a estas preguntas con acierto, llegando a
acuerdos más allá de lo enunciativo y actuamos en consecuencia, quizás no
tengamos que recurrir a Antón Pirulero.
El deporte ¿educa?
El responsable de la preparación física del FC Barcelona y
catedrático de “Motricidad Básica y su
Aplicación a la Iniciación Deportiva” del INEFC de Barcelona, el colega Francisco Seiro-lo da una respuesta
posible:
“Lo educativo de las prácticas deportivas no es el
aprendizaje de sus técnicas o tácticas, ni siquiera los beneficios físicos y
psíquicos de una buena preparación física que sustenta su rendimiento, sino que
lo realmente y único educativo son las condiciones en que puedan realizarse
esas prácticas que permitan al deportista comprometer y movilizar sus
capacidades de tal manera que esa experiencia organice y configure su propio
yo, logre su auto-estructuración”
Nosotros también creemos que por ahí va el camino.
AG
La
práctica de actividades física se va generalizando en nuestra sociedad. Veamos
algunos de los factores que pueden haber
colaborado en ello:
-
Los avances de las ciencias de la salud que aseguran los beneficios de la
actividad física en relación a su preservación y mantenimiento. En un país
donde la medicalización tiene una fuerte implantación, los consejos médicos
impulsan – a veces con pocos conocimientos específicos – el involucramiento de la
población con el ejercicio físico.
-
La universalización de la Educación Física y su jerarquización relativa en la enseñanza, va creando cambios
culturales que ayudan en ese sentido.
-
El pasaje de las prácticas de la actividad física del cerrado y normatizado ámbito institucional (clubes,
plazas de deportes, asociaciones, etc.) a la posibilidad de desarrollarla
libremente en espacios públicos, a partir de los aportes del Deporte Para Todos
de las décadas del 80 y 90 del siglo pasado.
-
El avance del área en la consideración pública, que pasó de una actividad
referida exclusivamente a “gimnasia” y “deportes” a un universo mucho más
amplio de posibilidades corporales
-
La elevación en la consideración ciudadana del campo de la Educación Física y
el Deporte, donde sus profesionales dejaron de ser una desconocida y relegada
minoría a tener un mejor status social y a multiplicarse en sus variadas
formaciones.
-
La popularización de nuevas opciones públicas, sociales y privadas, con
instalaciones modernas, actualizadas y accesibles, tanto a nivel nacional como
departamental y municipal.
Sin
embargo y a pesar de estos avances que
se reflejan en las distintas encuestas de hábitos referidas a la actividad
física de la población, las estructuras legales que lo encuadran han permanecido prácticamente incambiadas
desde principios del siglo XX.
Prácticamente
lo único que se ha legislado ha sido en lo referente a los derechos de los
deportistas profesionales. Y poco más.
En
cuanto a declaraciones, sólo se registran la de UNESCO de 1988 sobre “Derechos del niño
y el deporte”
y en nuestro país, la de ADIC del 2000, sobre deporte infantil.
Escudándose
en la falta de reglamentación de las profesiones relacionadas con la actividad
física y el deporte y en la libertad de enseñanza consagrada en el artículo 68
de la Constitución, este campo es un ámbito totalmente desregulado, donde se
pueden cometer los mayores atentados a la salud y a la educación de los
practicantes (niños adolescentes y adultos), actuándose así con la mayor
impunidad.
Hemos
sabido y presenciado de verdaderos atropellos a la dignidad personal,
significando posible deteriores irreversibles al bienestar futuro de los
alumnos, perpetrados por improvisados “personal training”; así como
tratamientos despreciables y perjudiciales de entrenadores hacia niños, adolescentes
y jóvenes, que permanecen sin ningún tipo de castigo, conductas que serían
rápidamente motivo de escándalo, por ejemplo, en el ámbito de la mortificada educación
pública.
Cuando
se entiende la necesidad de actuar, la respuesta es que no hay “derecho” a
corregir estas conductas inconvenientes. Y es así porque no se ha legislado
nada al respecto. Pero también es cierto que nadie se quiere hacer responsable
de este tema tan resbaladizo.
Sin
embargo, se está avanzando en otros rubros también peliagudos como son el de la
violencia en el deporte o el los derechos económicos de los deportistas en el
ámbito de su trabajo.
Recientemente,
se aprobó una muy interesante y necesaria ley “(...) por la que se ordena el ejercicio de las profesiones del deporte
en la Comunidad de Madrid”. En su artículo 3º se ocupa de los “Derechos de los deportistas, consumidores y
usuarios de los servicios deportivos”, y se establece que:
“1.- Los consumidores, usuarios y deportistas,
en la prestación de los servicios deportivos que reciban, tendrán los
siguientes derechos:
a) A recibir unos servicios adecuados a las condiciones y
necesidades personales de acuerdo con el estado de los conocimientos
científicos de cada momento y con los niveles de calidad y seguridad que se
establezcan.
b) Al respeto de su personalidad, dignidad e intimidad.
c) A disponer de información suficiente y comprensible de
las actividades físico-deportivas que vayan a desarrollarse.
d) A recibir una prestación de servicios deportivos que no
fomente prácticas deportivas que puedan resultar perjudiciales para la salud.
e) A que los profesionales de los servicios deportivos se
identifiquen y a ser informados sobre su profesión y cualificación profesional.
f) A la igualdad de trato y oportunidades,
independientemente de su identidad y orientación sexual, edad, capacidad
funcional, cultura, etnia o religión.
g) A que en los contratos que celebren se reflejen los
derechos de los deportistas, consumidores y usuarios de servicios deportivos,
así como los deberes del personal que presta los servicios deportivos a los que
se hace referencia en esta Ley.
2.- En todas aquellas
instalaciones en las que se presten servicios deportivos será de obligado cumplimiento
la exposición al público, en un lugar visible, de los derechos indicados en el
punto 1 de este artículo”
¿No
es tiempo que en nuestro país se legisle y sobre todo se aplique, una normativa
– que - con las adecuaciones del caso – sea similar a esta?
¿No
entraría también en la llamada “agenda de derechos ciudadanos” éstos asuntos referidos
a la actividad física, el deporte y las actividades corporales de salud,
estéticas y recreativas?
Pensamos
que sí, que se debería avanzar en este sentido.
Entonces…¿quién
recoge el guante?
A.
G.
EDITORIAL DE NOVIEMBRE DE 2016: Propuesta de NEXO en el Diálogo Social
Con la
convicción que todo
encuentro nacional que
promueva una amplia participación de la sociedad puesta a
pensar en el Uruguay del futuro, es una de las claves de su
transformación, Nexo Sport ha presentado
un proyecto vinculado a la salud y el deporte.
Este proyecto
que a falta de una nueva y tal vez mejor
denominación ha titulado Programa de Acondicionamiento Físico.
Esta
iniciativa encuentra sus
antecedentes, en aquella que en el año 1989 impulsara el Departamento de
Deporte Comunitario de la ex CNEF,
justamente bajo el nombre de Programa de
Acondicionamiento Físico más conocido como
PAF.
Este proyecto
se llevó a cabo solamente durante tres o cuatro años y estuvo dirigido a una población situada
entre los 18 y 40 años. Luego de ese lapso se discontinuó entre otras causas,
precisamente por la poca participación que se les diera a algunos actores
involucrados, nada más ni nada menos que a los docentes encargados de llevarlos
a cabo. En esa forma tan peculiar de
gestión impositiva de aquellos tiempos
en la que las “directrices” bajaban desde los escritorios donde se sentaban funcionarios
“sesudos” (entre quienes me encontraba)
y que pensaban por ellos. Hoy hay
que ser consciente que la opinión de los docentes que desde el campo profesional desarrollan las actividades, tienen tanto o
más que decir que quienes conciben una idea,
aunque a veces bien intencionada,
refleja únicamente la concepción de una
o un grupo de personas designadas temporariamente a ocupar cargos
también transitorios.
Otra de las
causas que llevaron al fracaso a estos
programas pensados como políticas permanentes, estuvo en trasvasar casi sin un filtro de contexto,
experiencias de otros países, donde la cultura del deporte y su correlato de
salud es otra bien distinta que motiva a sus habitantes a correr por obtener un
distintivo para su solapa. El programa de la Insignia Deportiva Alemana, modelo
seguido por sus creadores en el Uruguay
de aquel entonces, ha cumplido un siglo
casi sin modificaciones esenciales, aunque ahora su programa alcanza también a la población con capacidades
diferentes.
Con origen en
el mismo Departamento de Deporte Comunitario se desarrolló otro programa
de similares características para edades más pequeñas, jóvenes de 10 a
17 años, popularizado como “PAFITO” y
que fuera llevado a cabo por la CNEF junto al INJU. Este evento
infantil-juvenil con inspiración en un programa similar en el estado de California, tuvo mayor éxito puesto que era de más fácil
organización y servía como evaluación del profesorado para sus clases regulares de Educación
Física. Es decir que como objetivo no
buscado se ajustaba a las necesidades de quienes lo desarrollaban ya que podía
verificar rápida y masivamente a través de sus pruebas, la fuerza abdominal, de
brazos, la velocidad, la flexibilidad y la resistencia aeróbica, el estado
condicional de sus grupos escolarizados o no.
Ambos
programas ofrecían a modo de
reconocimiento una insignia que certificaba que su portador había
alcanzado los mínimos requeridos en esos programas. No importaba el máximo o la
mejor performance, sólo había que cumplirlo.
La propuesta
que sigue a continuación debería servir de punto de partida para un
análisis de situación y oportunidad y
ser sujeto de estudio por un equipo que represente todas
las voces que deban ser escuchadas, evitando las tentaciones del protagonismo
innecesario.
Nos parece que
la inversión en este tipo de actividades que tienen como objetivo la salud
ciudadana a través de las actividades físico - deportivas, es imprescindible y no se ha hecho nunca en su justa
medida.
Después de 25
años las circunstancias que rodean al
fenómeno deportivo popular han cambiado.
La valoración de la actividad deportiva vinculada a la salud se ha naturalizado
en la sociedad. Esta distinta realidad podría viabilizar más eficientemente una
propuesta comunitaria entre otras cosas por la multiplicidad de los
ofrecimientos existentes en el país
hoy. Incluso el reciente mobiliario
deportivo de las ciudades, que aun perfectibles, ofrece oportunidades de
ejercitación que en aquel momento no existían.
LA PROPUESTA
“Se trata del
desarrollo de un programa de actividades físico deportiva para la población en
general con el objetivo de promover un buen estado de salud física-sicológica y
social.
La propuesta
está dirigida a todos aquellos que consideran a la motricidad humana como
factor de desarrollo integral en una práctica alegre, consciente y saludable,
donde la formación física básica se
obtenga como consecuencia de la práctica sistemática y voluntaria de
actividades físicas.
Debería
también constituir para quienes recién
se inician en la cultura de las actividades físicas o personas
sedentarias, un estímulo suficientemente
claro y accesible para integrarse al programa. Las pruebas serán fáciles de
realizar en espacios públicos, privados y de libre acceso. Es decir no tendrán costos para quienes
deseen participar en este programa.
Los desafíos a
superar en las distintas disciplinas formales y no formales deberán establecerse por profesionales de la
salud y el deporte en forma conjunta e involucrando a las instituciones
especializadas.
Deberán ser lo
suficientemente exigentes para estar dentro de los parámetros mínimos
requeridos, demostrando un buen estado
de salud acorde a las edades involucradas,
pero tampoco accesibles a todos sin una práctica habitual acorde.
Estos
mínimos podrán establecerse a través de
una evaluación diagnóstica de la población organizando posteriormente niveles o
categorías de acuerdo a las
potencialidades de los participantes.
Se basa en
pruebas con escasa exigencia técnica (la necesaria para evitar accidentes o
lesiones. De esta manera serán inclusivas y accesibles para la mayoría de la
población e involucraran los saltos, lanzamientos, carreras de velocidad y
resistencia. Podrían incluirse también el andar en bicicleta y la natación.
Las edades a
las que estarían dirigidas estas pruebas serían: 10 años hasta los 50 años
organizados en dos programas diferenciados en función de los diversos
intereses socio-etarios. (De 10 a 17
años y de 18 a 50 años para ambos sexos) y tres niveles de exigencia.”
Hasta aquí el
proyecto que cuenta con una historia que demuestra su factibilidad, aunque en
esta oportunidad la ayuda del aparato técnico docente podría ser menor que la que aseguraba la cobertura
nacional de la ex CNEF en los finales de los 80.
Se
requerirá una fuerte toma de conciencia de los beneficios de la
actividad física vinculada a la salud y la motivación debería basarse en una
fuerte y bien pensada campaña de marketing social que asegure un compromiso
y participación masiva de la población.
Pensamos que
ha llegado el momento de las realizaciones.
Propuestas concretas como estas o cualquier otra, con clara dirección hacia lo comunitario.
Hacia el valor social del deporte como agente preventivo y generador de salud para todos, tomando
distancia de visiones más elitistas del deporte.
No seamos
condescendientes con la visión competitiva y la búsqueda de talentos para gloria efímera de tal o cual deporte. Un
país también es grande por su masividad. Sobre todo uno que pretende ser justo
y solidario. No habrá medallas y no se
medirá en puestos divulgados por la
prensa que evaluara resultados de rendimientos en la dimensión vulgar del
deporte, la única que ellos conocen. Debemos romper con supuestos no revisados,
debemos construir miradas compartidas, trabajos en equipos para reflexionar
y resignificar en este presente que
ofrece la oportunidad de un dialogo social.
Seguramente se
podrá medir en menos gastos en servicios
de salud, una población más sana con menores riesgos de enfermedades cardiovasculares evitables. Con aumentos sensibles en la
calidad de vida de todos.
Tomemos un
rumbo. Asumamos definiciones
EH
Quienes
escribimos estas líneas hemos pasado más de medio siglo pregonando la
importancia del deporte como herramienta valiosa para la educación de los
niños. Es más, hemos fundamentado nuestra posición destacando la validez de
esta actividad en cuanto ayuda eficaz en la consecución de valores como la
tolerancia, el respecto, la solidaridad, el compañerismo, la honradez, el juego
limpio y muchos otros que hacen fundamentalmente a la ética del comportamiento.
Coherente
con estos principios, cuando nos ha tocado participar en la elaboración de
programas y otras propuestas curriculares en la educación oficial, hemos
incorporado el deporte como contenido. Como se sabe, los programas se hacen
partiendo de todo el universo de contenidos enseñables que puede transmitir una
generación a otra, “recortando” de estos, aquellos que son considerados
relevantes por razones culturales, sociales, históricas, disciplinares, etc. Y nosotros
reconocíamos en el deporte estas características.
Sin
embargo, algunos hechos recientes nos han obligado a poner en tela de juicio
estos criterios. Para no ser demasiado extensos, elegimos tres que se
sucedieron casi simultáneamente en la segunda semana de este último mes de
setiembre y que, seguramente, los lectores ya conocen. Pasemos a su referencia.
1)
Un rugbier del Club San Cirano de Buenos Aires empujó a un indigente y lo tiró
al suelo, para luego ascender a un auto que lo esperaba, riéndose mientras se
retiraba junto a dos compañeros. Posteriormente subieron la “hazaña” a
youtube. Ese club (que a raíz de este
incidente los expulsó), está formado por ex alumnos de un prestigioso colegio
irlandés de Flores, caracterizado por la importancia que se le ha dado - desde
su fundación en 1896 - a la Educación Física. A pesar de que varios actores del
deporte recalcaron que se trataba de un hecho aislado, se supo que unos días
antes otros dos rugbiers en la misma capital porteña habían mandado al hospital
con traumatismo de cráneo a un joven luego de una reyerta a la salida de un
boliche. Y que estos hechos forman parte de una saga con muchísimos
antecedentes.
2)
La Secretaría Nacional del Deporte informó que fueron confirmados siete casos
de doping positivos en el ciclismo, existiendo la sospecha por parte de la
Federación respectiva de que sea una práctica totalmente generalizada.
Paradójicamente, el Presidente de la Federación de Ciclismo Federico Moreira,
quién dio la voz de alerta en este caso, fue protagonista en 1991 - tras ganar
la Vuelta Ciclista, - de un resultado positivo en los análisis En el momento no
existió sanción deportiva porque la Unión Ciclista Internacional no había
homologado oficialmente los laboratorios de Uruguay.
3)
Nuestro compatriota, el piloto Santiago Urrutia vio imposibilitado de ganar la
Fórmula Indylight pues el equipo contrincante hizo que su integrante Felix
Serralles dejara pasar “antideportivamente” a su compañero Ed Jones y así éste
podría sumar los puntos necesarios para el podio. El periodista del canal del
Estado (TVU Canal 5) Diego Tabárez justificó de esta manera la “maniobra”: “¡Hecha
la ley, hecha la trampa! Y no me vengan los éticos del deporte a decirme que
está mal”. En el canal oficial del Estado Uruguayo.
En
los tres casos, parece que los valores de respeto, tolerancia, honradez y juego
limpio fueron groseramente vulnerados. Y en todos, esos valores trasgredidos lo
fueron por deportistas y otros actores relevantes (dirigentes, periodistas,
empresarios, etc.) que – se supone – la propia práctica y cercanía con el
deporte, debería haber reforzado.
Pero
esto es más preocupante, especialmente porque de ello surgiría que estas
prácticas están - diríamos -
“incrustadas” en el deporte de competencia
y eso es así desde casi su origen. En 1923 en la Plaza de Deportes Nº 3
del Parque Rodó, un partido de básquetbol finalizaba antes de tiempo por una
batalla campal generalizada donde participaron jugadores y público y que
terminó con el destrozo de las gradas de madera que se habían construido
especialmente. El chispazo fue una “patoteada” de un grupo de hinchas.
Desde
el comienzo mismo del ciclismo deportivo en 1869 en Inglaterra, los corredores
ya usaban las llamadas “bolas de velocidad”
compuestas de una mezcla de heroína y cocaína para incrementar su
rendimiento. Siete años después se registraba por esta causa, la primera muerte
de un ciclista. Parecería que no es casualidad entonces que dos de los
sancionados recientemente por la ONAU acabasen de participar en un homenaje en
Tarariras a Wilde Baridon, el primer ciclista fallecido en nuestro país por
efecto del doping en una carrera de 1965, cerca de Atlántida.
Finalmente
se sabe hoy de repetidos “tongos” en la historia del deporte comenzando con los
arreglos en el beisbol y en el boxeo norteamericano ya en 1910, pasando sin duda por el escandaloso
resultado de Argentina 78 (Argentina 6 – Perú 0). Recientemente apareció un
video inédito donde se ve al Dictador Videla acompañado del Secretario de
Estado de EEUU, Henry Kissinguer, ingresar después del partido al vestuario de
Perú para “agradecer” su fair play.
La
pregunta que lógicamente aparece es, a contrapelo de los que afirman muchos, si
el deporte es - de por sí -
esencialmente educativo.
El
sociólogo alemán Krauss Heinneman da una pista fundamental al respecto. Dice,
bajo el sugestivo título de “El deporte no tiene valores”:
“El deporte, entendido como una forma
específica y reglamentada de trato al cuerpo, carece de “valor”, nos son
cualidades del mismo. Sobre todo, los valores del deporte son (…) juicios
subjetivos y estimativos que emiten las personas (…). Los valores del deporte
son el resultado de valoraciones realizadas por individuos o instituciones”
Parecería
(y sin que esto pueda tomarse como una conclusión) que la cuestión no pasa por “deporte
sí” o “deporte no” como herramienta educativa, como con simplismo se
ha querido plantear el tema, sino que lo fundamental es establecer – como toda
actividad social - el cómo y el para qué, pero sobre todo el quiénes lo
enseñan, quiénes lo dirigen y quiénes los impulsan.
El
responsable de la preparación física del FC Barcelona y catedrático de “Motricidad Básica y su Aplicación a la
Iniciación Deportiva” del INEFC de Barcelona, el colega Francisco Seiro-lo da una respuesta
posible:
“Lo educativo de las prácticas deportivas
no es el aprendizaje de sus técnicas o tácticas, ni siquiera los beneficios
físicos y psíquicos de una buena preparación física que sustenta su
rendimiento, sino que lo realmente y único educativo son las condiciones en que
puedan realizarse esas prácticas que permitan al deportista comprometer y
movilizar sus capacidades de tal manera que esa experiencia organice y
configure su propio yo, logre su auto-estructuración”
Nosotros
también creemos que por ahí va el camino.
AG
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